El paseo

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Sandra me llamó para presumir supuestamente su “victoria”; y no sé cómo obtuvo mi número.

- Si, ¿Quién habla?.

- ¡Hola querida, no me tenés agendada!. – dice irónicamente.

- Señora, porque no dedica su valioso tiempo en cuidar a su hijo, en vez de estar perdiéndolo en mi. Digo, ya que quiere lo mejor para él.

- Justamente está llamada es por el bien de mi hijo. Te quiero contar algo.

- No gracias.

- Igual te lo voy a contar. Sabías que le doy las gracias a dios de que mi hijo haya pedido la memoria; porque gracias a eso regresó con Jennifer su verdadera y respetable novia. Porque ella si tiene una buena carrera que puede presumir y además sigue queriendo a mi hijo, así que no te atreves a meter… - le corte antes de que siguiera con sus amenazas.

Ya estaba aburrida de escuchar siempre las mismas palabras de esa mujer; y cualquier cosa que me diga ya no causaba ningún efecto en mi.

A Rodrigo le dieron reposo por un mes, así que no iba a trabajar. Cundo Santiago iba a la casa de los padres a visitarlo yo lo acompañaba. A la madre no le gustaba nada pero se tenía que tragar su rabia para no hacer un escándalo adelante de su hijo. Cada vez que iba conversaba con Rodrigo lo necesario, ya que él pensaba que era la amiga de Santiago.

Un día más que íbamos a visitar a Rodrigo, pero al llegar a la casa, Santiago bajo solo y me dijo que me siente en la parte de atrás que ya volvía. Pasaron unos minutos y vi por la ventana del auto que se venía acercando Santiago con Rodrigo.

- ¡Hola!. – le dije ni bien entró al auto.

- ¡Hola!. – dice muy sorprendido de verme.

Rodrigo se acerca a Santiago y le susurra al oído, pero alcancé a escuchar lo que le dijo.

- ¿Qué hace tu amiga acá?.

- Ella nos acompaña porque es mi amiga y se interesa por tu salud.

- ¿Yo la conocía?, porque es muy raro que este muy interesada por mí salud.

- Claro que la conocías si ella trabaja en la empresa. Somos amigos hace 5 meses. ¡No te contaron nada tus padres!.

- Santiago. – le di unos toquecitos en el hombro para que se callara. Por la cara que había puesto Rodrigo supuse que los padres no le habían dicho nada acerca de su pérdida de memoria.

- Bueno vamos. – dijo Santiago, y arrancó el auto cuando se dio cuenta que había metido la pata.

- ¿Qué me tienen que contar mis padres?.

- Nada.

- No, ahora me lo decís.

- Bueno tarde o temprano lo ibas a saber, así que más da. – Santiago tomó aire y le dijo. – perdiste la memoria amigo, yo asumí que tus padres ya te lo habían dicho pero por lo visto no.

- Cómo que perdí la memoria, no lo puedo creer.

- Igual no te preocupes, poco a poco te vas a acordar de todo. Porque en este último tiempo hubieron momentos muy importantes en tu vida que son inolvidables.

- ¿Si?. – dice Rodrigo con mucha tristeza en su rostro.

- Vas a acordarte de todo no te preocupes, todo a su tiempo. Si forzás a tu mente a recordar puede ser peor.

- Gracias amigo, ahora voy a hablar con mis padres para que me cuenten todo.

- Bueno. Damos una vuelta por el centro y volvemos, ¿Qué les parece?.

- Si está bien. – dije al igual que Rodrigo.

Terminamos de dar le paseo y hablar de cosas divertidas y volvimos a dejar a Rodrigo en su casa. Luego Santiago me llevó a mi casa y me quedé pensando sobre lo que había pasado en el paseo. Al igual que a Santiago yo también pensaba que ya le habían dicho la verdad, pero por lo visto a la señora Sandra le convenía no decirle nada; y anda a saber que historia le habrá contado al señor Ricardo para que no le dijera nada a su hijo. Me puse muy contenta de que al final supiera la verdad, porque así se dará cuenta de que todo no es como parece.

No sé con certeza si algún día va a llegar a recordarme, pero yo voy a seguir esperando porque el amor que nosotros sentíamos era único e inolvidable.

AMOR SIN BARRERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora