No se pudo ocultar más

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Sara se desespero por saber como me fue en la cena con Rodrigo y le conté todo ni bien llegué a la cafetería.

Antes que todo cuando llegamos le pregunté a Rodrigo si quería bajar a conversar sobre la salida, pero no quiso; a la salida fuimos sólo Sara, Santiago y yo.

Por suerte hoy no llegó temprano a la empresa. Llegó 30 minutos más tarde de lo habitual, junto a Santiago. De inmediato agacho la cabeza y hago como que estoy buscando algo dentro del cajón del escritorio, para disimular que los estaba mirando. “Buen día” dicen en voz alta cuando pasa uno por enfrente y el otro por el costado de mi escritorio; de reojo veo que Santiago se acerca a mí y me saluda con un beso en la mejilla, Rodrigo detiene su paso y mira hacia nosotros con cara de asombro, nuevamente retomó su paso a la oficina y Santiago también; cuando Santiago se retiraba me dice “Nos vemos en el almuerzo”, asentí con la cabeza y le sonreí.

Rodrigo llama al teléfono y me pide que vaya a su oficina.

- Adelante, toma asiento.

- No, estoy bien así ¿Qué necesita?.

- Sentate por favor. – me siento y escucho lo que tiene para decirme.

- Hoy tenés que almorzar conmigo.

- Otra ves con lo mismo, todos los días almorzamos juntos en el restaurante de enfrente.

- Necesito decirte algo.

- Decímelo acá, yo no voy a dejar otra vez a mis compañeros solos, si querés ir a otro lado anda vos.

- Luisana, de verdad ¿no te das cuenta?.

- ¿De qué me tendría que dar cuenta?

- Yo…

- ¿Sí?.

Él caminaba por toda la oficina y yo sentada mirándolo como iba de aquí para allá. Se notaba nervioso, hasta que de repente…

- Estoy enamorado de vos. Pensaba decírtelo en el almuerzo, pero bueno.

No sabía que decir, sólo lo miré con cara de sorprendida.

- ¿No me vas a decir nada?. – dice esperando una respuesta ansiosamente.

- Es que me agarraste por sorpresa. No sé que decirte. – se agacha a mi lado para hablar más de cerca.

- Te amo y es en serio. ¿Vos sentís algo por mí?.

Me puse nerviosa porque lo tenía muy cerca, y no sabía si decirle todo o salir corriendo de ahí; pero tenía que aprovechar el momento.

- Rodrigo, yo también siento algo por vos, pero primero quiero estar segura de que todo esto no es una broma. Decímelo ahora si es así. – no podía creer lo que me había dicho.

- No es una broma, te lo juro. Lo que te dije es verdad, ¿no crees en mi?.

- Quiero creerte, de verdad, pero todo es muy repentino y recién ahora estas empezando a cambiar. Yo quería decírtelo pero no estába segura completamente de tu cambio, y quiero sentirme segura de que vos sentís en verdad lo que me dijiste.

- Te voy a demostrar que en verdad te amo.

- Bueno me voy, tengo que seguir trabajando. Nos vemos en el almuerzo.

- Lo mío va en serio y te lo voy a demostrar.

Le sonrío y me retiro de la oficina.
Él se veía tan seguro, y yo lo amo tanto como él dice que me ama.

Tengo miedo de que todo sea mentira y salga lastimada. Es la primera vez que me enamoro y no quiero que jueguen conmigo.

Él se atrevió a decirme lo que yo no, y estaba  contenta de que mi amor era correspondido, pero al escucharlo me asusté y en vez de entregarme completa al amor, por miedo preferí huir como una tonta.

AMOR SIN BARRERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora