Los problemas siguen recallendo en mí

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Por la cara que traía Rodrigo cuando llegó a la empresa, me supuse que algo no andaba bien, e inmediatamente después de su llegada me llama a su oficina para hablar.

- Luisana ayer hablé con mis padres sobre nosotros y…

- ¡Y!.


- Mi padre todo bien, pero mi madre no acepta mi noviazgo contigo sólo por el hecho de que sos secretaria, y no puede juzgarte sin conocerte primero, yo me enamoré y lo va a tener que aceptar aunque no le guste.

- O sea, tu madre ya no me acepta sin conocerme, ¡sólo por qué soy secretaria!. ¿Qué te dijo de mí?.

- Mejor hablemos de otro tema.

- ¡No!, hablemos de este tema, vos empezaste y ahora quiero que me cuentes lo que pasó.

Suspiró profundo antes de empezar a hablar.

- Cuando le conté a mis padres que tenía novia se pusieron contentos por mí; pero mi madre me empezó a preguntar cosas sobre vos, si te conocía, a qué te dedicabas, y muchas cosas más; le dije que no te conocía y que eras secretaria, mi secretaria. En ese momento explotó y empezó a decir incoherencias.

- Dale seguí, qué incoherencias.


- Luisana ya está, no sigas castigándote con esto. – agachó la cabeza y se tocaba la frente. - Dijo que no podía estar con alguien de cuarta, y que me merecía a alguien mejor. No lo pude soportar, me levanté de la mesa y me fui. Yo nunca pensé que mi madre iba a reaccionar así y más con una persona que no conoce; ayer conocí otra parte de mi madre que no conocía.

- Y bueno si no me acepta no puedo hacer nada. – la verdad es que estába muy enojada por los dichos de esta mujer, pero me contuve porque Rodrigo no tiene la culpa de tener una madre así.

- Te pido perdón por los dichos de mi madre, yo sé que se pasó.

- No me tenés que pedir perdón vos no tuviste nada que ver, pero de que se pasó, sí se pasó.

Me retiré y Rodrigo salió detrás de mí porque me vio mal; en ese momento se venía acercando una mujer mayor hacia nosotros.

- ¡Sandra que haces acá!.

- ¿Tu madre no puede venir a visitarte?.

- Claro que podes pero este es mi trabajo, y no me avisaste que venías. Además es raro que aparezcas justo después de lo que pasó ayer, mucha coincidencia.

Su madre me quedó mirando de arriba a bajo, mientras yo la miraba fijamente a los ojos; luego Rodrigo la hizo pasar a su oficina. Me acerqué a la puerta para escuchar su conversación, sé que está mal pero lo tenía que hacer. Lo que le decía a Rodrigo de mi era horrible, y si ya estába enojada por lo que me había contado Rodrigo, ahora más lo estába, porque yo misma la escuché decir lo que decía con tanta rabia, que con tan sólo escucharla te dabas cuenta de su maldad.

- ¡No me digas que es ella de la que me hablaste ayer!. – dijo ella.

- Mamá este es mi trabajo, vamos a hablar a otro lado.

- ¡Decime que esto es una broma!; es demasiado vulgar para vos hijo. Ni muerta la voy a acepta, de eso estate seguro.

- Mamá para esto viniste, ¿Es enserio?.

No podía escuchar más, ya era demasiado para mí, pero tenía muchas ganas de entrar y poner a esa mujer en su lugar; me contuve sólo porque ella es la madre de Rodrigo y no iba a hacer un escándalo en la empresa. De verdad no puedo creer que una persona pueda hablar así de otra sin conocerla, no tiene educación.

Se retiró de la empresa y Rodrigo salió de la oficina para retomar la charla que teníamos, y poder dejar las cosas en claro; pero no quería hacerlo porque ya estaba todo más que claro. Él me abrazó y al oído me dijo que con el tiempo su madre me iba a aceptar; le sonreí y lo abracé fuertemente al igual que él lo había hecho.

No me importaba si me aceptaba o no, lo que me importaba era él, y que a pesar de lo que está pasando seguimos juntos.

AMOR SIN BARRERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora