Desperté en mi habitación algo mareado ¿un sueño?. Al sentarme mi cuerpo dolía por todos lados, sin embargo no era tan fuerte como en otras ocasiones, ¿Qué había pasado?.
Recordaba haberme encerrado en el baño, llamar a Suga por parches, de seguro el me trajo aquí, al sentarme sentí un leve ardor en mis caderas y eso no era normal, al parecer me lastimé al caer al suelo, claro, caí al suelo, entonces Oikawa estaba ahí, estaba intentando huir de mi aroma, mi vista se nublo y...
— Un beso — me sonrojé.
Había sido mi primer beso, pero no recordaba nada, solo un gran alivio a mi dolor, una calidez y protección enorme además de la sensación de sus labios. Aun así el no se aprovecho, estoy enteramente bien, dentro de lo que cabe pues mi celo sigue presente y aún siento esos dolores, me sonrojé recordándolo en el baño contra la pared jadeando, debió ser duro para el debía agradecerle después.
Me inventé levantar de la cama y sentí como mi corazón dejó de latir, esto no podría ser cierto, una fuerte punzada en mi trasero me dio una pista de lo que había pasado, fue entonces que me di cuenta que este no era mi departamento y que algo estaba saliendo de mi trasero... semen.
Mire asustado a todos lados y algo nervioso empecé a buscar mi ropa con la vista, una vez la visualice en el suelo me levante con piernas temblorosas aferrándome a la pared para no caer, pero fui directo al suelo cuando dejé de apoyarme para tomar mi ropa.
— Mierda — jadee adolorido — debo salir rápido de aquí — tome mis pantalones y tenis, pero no tenía la playera, por más que busqué no la encontré.
Me levante lentamente al closet y tome una playera deportiva colocándomela, salí rápido de ahí tomando mi celular y pedí un taxi a casa. Una vez llegue me dejé caer en el suelo deslizándome por la puerta.
— ¿Qué acabo de hacer? — dije tirando de mis cabellos a punto de volverme loco.
Fui por una pastilla y la bebí de inmediato, esperando que esto no saliera mal, caminé al baño a darme una ducha pero al verme al espejo cubrí mi boca sorprendido.
Mi cuerpo estaba un poco más voluptuoso, con marcas en mi cintura y claviculas, eran rojas pero varias, entonces recordé las caricias en mi cuerpo, los besos que me daba y la sensación de estar lleno de el, por algún motivo no me asqueaba, sino que me gustaba. Sonrojado tomé una ducha y me volví a colocar esa playera solamente tirándome en la cama.
¿Por qué me siento feliz de haberme acostado con Oikawa?.