He sido buena persona, cumplo con tareas y entrenamientos, no salgo a fiestas, tampoco desobedezco a los mayores, me estoy portando bien, justo como el me decía, pero nada parece ir bien, la única forma en la que estamos cerca es en el entrenamiento, pasaron tan solo dos días, ¿realmente no puedo vivir sin el?.
— ¡Kuroo! ¡Déjame ver! — sonreía Bokuto mientras yo los miraba jugar, Kuroo cubría su cuello — no sabía que tu pareja era tan celosa.
— Quítate ya — lo empujó — si, son marcas pero no tienes que gritarlo — lo regañó y Bokuto asintió como niño, después lo dejo ver, eso solo confirmaba que tenía novia.
— Shouyo — me habló Nishinoya — un señor te está buscando en la puerta.
Lo miré confundido por sonreírme y al girarme era el entrenador estadounidense, me levanté yendo con el sin mucho ánimo.
—Buenas tardes ¿en qué puedo ayudarle? — dije amablemente.
— Buenas tardes — sonrió — ¿has estado bien?.
— Claro — sonreí — ¿y usted?.
— Muy bien — sonrió — vengo a recordarte mi propuesta, estabas algo mareado aquella vez — dijo haciéndome sonrojar y rió sacudiendo mi cabello — yo pagaré gastos de vivienda y comida, tendrás becas en los estudios y entrenarás con la pre selección ¿no es genial?.
— Suena realmente genial — sonreí sorprendido.
— No me respondas aún, te doy nuevamente mi trajeta y espero tu respuesta en una semana.
— Muchas gracias — agradecí sonriendo.
— Nos vemos — sonrió y se fue.
Troté a mi mochila y guardé la tarjeta, para seguir los estiramientos y poder irme a casa, una vez terminé extrañamente Oikawa de puso enfrente.
— Chibi debo hablar contigo de algo — dijo algo nervioso.
— Bien — dije confundido.
— Pero no debe escucharnos nadie, es sobre los mensajes — dijo rascándose la nuca, entonces si era como pensaba.
De seguro fueron seguidoras de Oikawa, nos dirigimos ya listos afuera y una vez algo lejos él suspiró.
— Se que la cague, no debí hacerte eso pero mi instinto actuo con tu aroma y yo se que no hay forma de disculparme, pero dije que lo compensaría, aún así — apretó sus labios — mis ex novias descubrieron que terminé golpeado por causa tuya, yo lo merecía y no me molesta — aclaró — pero ellas se niegan a aceptar que fue así e inventan historias, nunca las he podido controlar, no se que hacer y pensé que estando con Kuroo el té protegería — mi corazón se hizo algo pequeño por ese último comentario, el ya no estaba y yo quedaba solo — pero... si el no está, deja que yo cuide de ti por favor — me tendió la mano — prometo escucharte y consolarte, además de protegerte lo más que pueda.
— Yo... me siento solo, y desprotegido, aquella vez que te pedí hacerme recordar pensé que habías sido tu quien se acostó conmigo, pero tengo miedo porque no lo recuerdo y pudo haber sido cualquier enfermo o degenerado, tengo ese constante miedo y por más que trato de recordar no puedo hacerlo ¿estás seguro de querer cuidarme aún si soy así? — lo miré a los ojos queriendo consuelo pero si el se negaba lo entendería.
— Por supuesto que si — sujetó mi cintura atrayéndome a el y me abrazó acariciando mi cabello.
Me aferré a el llorando y estuvimos así unos minutos, minutos en los que logré de alguna forma calmarme.
— Te llevaré a casa ¿si? — tomó mi mano y asentí.
Una vez llegamos al estacionamiento el me abrió la puerta guardando mis cosas en el asiento trasero, al subir el empezó a preguntarme de mi día, al inicio no quería hablar de ello pero al final terminamos riendo y platicando muy cómodos, el abrió mi puerta cargando mis cosas y me dejó en la puerta de mi departamento, una vez ahí me giré a verlo.
— Muchas gracias — dije sonrojado.
— No es nada — acarició mi mejilla — mañana pasaré por ti ¿a qué hora está bien?.
— Mis clases empiezan a las diez — recordé — si no puedes, puedo ir solo — sonreí y el negó.
— De eso nada, ¿Te parece bien a las nueve? — asentí y él besó mi frente — bien, buenas noches Chibi — sonrió y se fue.
Con el corazón algo acelerado entré y sonreí, pero suspiré al recordar la dura noche que me esperaba, así que fui directo a la cama sin cenar porque no tenía ganas, durante la noche, me atacaba la ansiedad y desespero por saber quien había sido esa persona que se atrevió a acostarse conmigo, esa calidez, por más que trataba de ignorarla porque fue una violación me hacía querer conocer a esa persona, ver si realmente es mala, si realmente el sexo es así, pero solo me quedaba esperar a recordar o quedar dormido, en la cual siempre pasaba la segunda.
