Todo el día lo hicimos parando a ratos, la idea... un bebé, claro era imposible para mi, pero soñar no estaba mal.
Acaricié su mejilla tratando de tranquilizar mi respiración, no podía seguir, el sonrió y me besó abrazándome a lo que correspondí sintiendo una calidez enorme en todo mi cuerpo, como si todo estuviera en paz, no necesitaba nada más.
Al despertar al siguiente día no pude levantarme del todo así que caí al suelo.
— Mierda — susurre sonrojado, me apoyé en la cama logrando hincarme con un dolor en mis caderas y miré a Tetsuro sonreír divertido — si te ries no lo volveremos a hacer.
— ¿Estás bien? — palideció levantándose.
— Cuanta preocupación — suspiré y me reí — estoy bien.
— Fui muy rudo lo siento — me cargó con cuidado recostándome de nuevo.
— No deberías, además nos gustó a ambos, solo debo descansar y esperar poder levantarme para el entrenamiento — dije pensativo.
— Ire por una pomada para darte masaje en las caderas — se levantó al baño — la compré hace mucho pero nunca la usé — dijo sacando un bote sellado.
— ¿Crees que funcione? — levanté una ceja.
— Claro, solo relájate.Me recosté boca abajo y empezó a masajear haciéndome suspirar relajándome.
— Se siente bien — sonreí cerrando los ojos.
Me dio masajes por un largo tiempo y después puso una toalla con agua caliente lo cual me agradó.
— Tetsuro — lo llame sin mirarlo por pensar demasiado.
— ¿En qué piensas? — sonrió acariciando mi cabello y estiré mi mano a lo cual entrelazó nuestros dedos.
— Te amo — sonreí — pero...
— ¿Pero? — dijo sorprendido y aterrado.
— Mis padres son un tanto de mente cerrada, más bien mi padre — dije preocupado.
— No me asustes — suspiró aliviado — mientras me ames no importa, le haré frente a todo.
— ¿Por qué no dijiste nada en todo este tiempo? — lo abracé con cuidado de no lastimarme.
— Porque... soy un cobarde — rió sin ganas — además siempre estabas con ese idiota, todos pensaron que terminarían juntos, si eres feliz con eso estoy bien aunque me duela, aún así siempre estuve esperando la oportunidad.
— Lo siento por no darme cuenta — susurré y sonrió.
— Está bien, enfurecí cuando entré al baño y te vi a punto de besar a ese idiota, lo golpeé para poder abrazarte a ti, debes pensar que fue una tontería pero no podía permitirlo si estaba a mi alcance impedirlo, sueles hacerlo muy seguido pero empezaste ese día, acaricias mi mejilla buscando algo en mis ojos, después pareces encontrarlo porque sonríes, esa vez me besaste, te traje aquí para cuidarte hasta que calmaras tus instintos pero terminamos haciéndolo porque no pude controlarme.
— Busque tanto esas respuestas y tu solo te mantuviste callado — golpeó su cabeza — realmente eres un miedoso.
— Lo siento — agachó la cabeza.
— Si sucede algo dímelo, no guardes las cosas solo para ti — sonreí.
— Bien — besó mi frente.
— Ahora, debo irme a casa, no puedo llegar tarde a entrenar.
— Yo te llevo — sonrió.Puse mis bóxers y playera pero no encontraba mis pantalones, terminé por encontrarlos debajo de la cama, caminamos tomados de la mano al auto y una vez subimos alguien tomó una foto, lo supe por el flash, Tetsuro miró mal a la chica y esta salió corriendo.
— ¿Quien era? — pregunté al aire.
— No lo sé pero no me gusta — encendió el auto.
— Creo haberla visto en algún lado — dije tratando de recordar.
— Hablando de cosas que no me gustan — dijo molesto viendo la pantalla de su celular.
— ¿Suga? — dije viendo que lo llamaba — ¿Pasó algo entre ustedes? — pregunté curioso.
— Algo así — apagó la pantalla y empezó a conducir.
— ¿No era importante? — desvíe la mirada.
— Como si me importara alguien como el — suspiró — perdón, se que s tu amigo pero no ha hecho mas que gritarme.
— ¿Gritarte por qué? — me confundí.
— ¿No te lo dijo? — se sorprendió.
— ¿Qué cosa?.
— Cuando despertaste en tu habitación hace unos días — me explicó.
— ¿Después de desmayarme en los vestidores? — recordé.
— No te desmayaste del todo — rascó su nuca sin dejar de ver al frente — ni siquiera se si de verdad quieres saberlo.
— Claro que quiero saberlo — me crucé de brazos.
— ¿Ves esto? — señalo las marcas difusas que tenía el cuello, justo debajo de las mías, me molesté un poco por dejarse marcar pero solo asentí — fuiste tu, volviste a perder el control en los vestidores.
— ¿Yo? — me sorprendí.
— Suga nos encontró y me golpeó pensando que intentaba aprovecharme, cuando le expliqué se me salió decirle que ya había pasado antes y le conté lo de los baños — apretó el volante — me hizo alejarme o llamaría a la policía por violación, incluso hizo un escándalo contigo inconsciente ahí, pensé que te lo había dicho y... que te asustaste por como actue, creí que por eso no intentaste acercarte de nuevo.
— El me dijo que era una molestia para ti y que ya no querías verme — dije en un tono serio lo cual lo sorprendió haciéndolo mirarme.
— Shouyo, no debes molestarte por algo que ya pasó — tomó mi mano.
— No estoy molesto — dije mirando por la ventana en el mismo tono — solo necesito hablar con el.
— Te vez aterrador y erotico cuando te molestas — sonrió y me sonrojé demasiado a lo cual rió.
— No molestes — cubrí mi rostro.
— Te amo — entrelazó nuestros dedos.
— También te amo — susurré.