Ya ha pasado una semana, sigo pensando en quien puede ser ese sujeto del baño y cada vez más me asusta, pero al recordar la calidez a la hora de hacerlo se me olvida. Kuroo siempre desayuna y cena en mi casa, aunque duerme en la suya, se ha convertido en mi mejor amigo, respecto a Oikawa, quedamos en no decir nada de la golpiza a cambio de no decir nada respecto a el intento de violación.
Por fin era el partido, estas eran las oportunidades para ser seleccionado y todos querían dar lo mejor. Pero nos sorprendimos al ver americanos en vez de japoneses, no entendí nada hasta ver a Kageyama entrar detrás de todos, ambos al vernos gritamos y corrimos a abrazarnos.
— Pequeño idiota — sonrió revolviendo mi cabello.
— Estás enorme — sonreí separándome — ¿Qué haces aquí? — pregunté curioso.
— Tendremos un partido — sonrió — hora de enfrentarnos.Me removí emocionado y grité corriendo con Kuroo.
— Kuroo, jugare contra el rey idiota — sonreí saltando y el sonrió divertido.
— Claro, procura no exagerar — sonrió agitando mi cabello.
— Bien — dije emocionado.Empezamos a calentar y una vez listos empezamos a jugar, eran realmente buenos, muy buenos, pero no nos rendíamos.
Al final ganamos nosotros y fuimos a cenar para festejar, pero invitamos a el otro equipo, escuchaba hablar a Kageyama un inglés fluido y me impresionaba, después de un rato todo eran risas y algo de alcohol, un chico rubio y de ojos azules rodeó mis hombros y me guiñó un ojo, cuando se acercó a susurrarme algo al oído Kuroo jaló de mi sentándome junto a el rodeando mi cintura, por un segundo miró mal al sujeto y me reí.
La cena siguió tranquila pero entendía ingles y el americano a mi lado no dejaba de quejarse con los suyos que le habían quitado la presa mientras todos se burlaban.
Rodeé los ojos y me la pasé bien con el resto.
Al terminar realmente me excedí con el alcohol, pero Kuroo me estaba cuidando. Escuché que habló con el entrenador estadounidense de algo y luego seguimos caminando, al llegar a mi departamento Kuroo me dejo en la cama quitando mis tenis mientras iba por agua.
— Estoy mareadoooo — dije tratando de equilibrarme en la cama.
— Estas acostado, no vas a caerte — se burló y yo me crucé de brazos — bebe el agua y trata de dormir pequeño.
— No soy pequeño — me senté pero me mareé de golpe y el me sostuvo — anda niño, bebete el agua para la hora de la siesta.Sonrojado por su burla me bebí el agua y me volví a acostar.
— Quédate hoy, alguien debe cuidarme por la mañana — sujete su mano.
— Pensé que descansaba los sábados de mi trabajo como niñera — sonrió.No dije nada y él suspiró.
— Hazme espacio entonces — se acomodó a mi lado y me escondí entre sus brazos riendo.
Al despertar me dolía demasiado la cabeza, no dejaba de quejarme y Kuroo de regalarme diciendo que ya no me dejaría beber.
— Por cierto, te dieron una propuesta muy interesante — me dió un papel viendo un número y nombre occidental.
— No quiero relaciones a distancia — dije tirando el papel.
— Es del entrenador — aclaró y yo pense en no querer noviazgo con alguien tan grande — para que entrenes en el selectivo de estados unidos.
— ¿La selección estadounidense? Tengo que pensarlo — dije sin interés.
— Eso me entristece, pensé que de inmediato dirías que no dejarías a tu equipo — dijo fingiendo tristeza.
— Es broma obviamente — obvié.
— Lo sé, me volvería loco si te fueras tan lejos — suspiró.
— Que lindo — sonreí sonrojado.
— No se como ibas a sobrevivir sin mi — se burló.
— Buen punto — sonreí.