Nunca pensé que sería así, nunca imaginé que mi cuerpo se descontrolara y me haría no separarme de el en todo el tiempo a su departamento, incluso subí a sus piernas para no soltarlo.
Una vez dentro miré todo asombrado, sin duda era el departamento en el que había despertado, el rodeó mi cintura y nos recostamos, frente a frente tomando nuestras manos sin dejar de vernos. Acaricié su mejilla observando su rostro que lucía algo cansado.
— ¿No has estado durmiendo bien? — pregunté preocupado.
— No he podido dormir en días, la ansiedad no me dejaba — bajó la vista.
— ¿Ansiedad? — me confundí.
— ¿Hace cuanto no podía tocarte? — sonrió tomando ambas manos — es como una droga — rió levemente — en preparatoria no podía dejar de verte, si no lo hacía me volvía loco, mas de una vez quise correr a tu casa solo para verte, después inventaría una excusa — me abrazó — después te tenía día y noche para mi, dejar de hacerlo de la nada no me dejó dormir — sonrió nostálgico — pero estás aquí de nuevo, como si la vida se empeñara en querernos juntos — besó mi frente ocultándome entre sus brazos — y me encanta que sea así.
Mi cuerpo se estremeció de la felicidad y seguí acariciando su rostro, contemplándolo en silencio, me acerqué a él y lo besé, un beso lento y pausado, que fue siendo continuo.
Sentía mi cuerpo entero cosquillear, en verdad no podía alejarme de el en lo absoluto.
Pov Kuroo.
Su cuerpo delgado, con una cintura un tanto estrecha,caderas y muslos grandes, seguramente por tanto ejercicio o naturalidad, sus brazos que me rodeaban, los suspiros y sonidos profundos al besarnos, sus ojos llenos de inocencia, y estos últimos eran los que me hacían sentir que no debía tocarlo, era alguien tan inocente que terminaría por corromperlo totalmente, me encargaría de hacerlo sin problemas, pero no podía dejar de pensar en que está prohibido, no quiero pervertirlo.
Pero... es imposible resistirse.
Desabroché su pantalón metiendo mis manos dentro de este tomando su trasero, entonces se atrevió a suspirar entre mis labios, me encendía cada cosa de el, me deshice de sus pantalones dejándolos por ahí y en cuanto pude volví a tocar su piel, su cintura era perfecta para tener un buen agarre, empecé a bajar mis besos a su cuello y se aferraba a mi gimiendo, es tan dulce.
— Tetsuro — susurró y al mirarlo acarició mi mejilla, me encantaba cuando lo hacía, con un cariño y calidez enorme, me encantaría que lo hiciera siempre — te amo.
— Te amo — sonreí besándolo.
Quité mi playera y desabroché mi pantalón a lo que el se sonrojó de golpe apartando la vista, sonreí y tomé sus manos colocándolas en mis hombros.
Quité su playera besando su cuerpo para dejar marcas en sus calviculas bajando mis besos por su vientre y hacer más marcas en su cintura y pelvis, me encantaba manchar su piel, cuando bajé su bóxer él intentó cubrirse pero separé sus piernas girándolo para que levantara sus caderas hacia mi.
— Tetsuro ¿Que va.. ah~ — gimió cuando empecé a besar y lamer su entrada, que ya estaba mojada, él intentó alejarme pero sus brazos fallaron y tomé su mano, metí un dedo a lo cual suspiró sumergiendo su rostro en la almohada, lo dejaría por esta vez.
Empecé a jugar con su entrada metiendo y sacando mi dedo para poder acostumbrarlo y cuando lo saqué metí dos a lo cual arqueó su espalda y relamí mis labios, estaba empezando a perder el control, abría lo más posible mis dedos poco a poco para que no le doliera demasiado, pero sus gemidos eran ahogados por la almohada.
— Shouyo, quiero escucharte — pedí y el negó sin sacar su rostro de la almohada — quiero verte por favor.
Seguí moviendo mis dedos y él despegó su rostro de la almohada mirándome a los ojos, su mirada era tan lasciva que me dolió abajo, lo giré totalmente sorprendiéndolo y lo puse sobre mi.
— ¿Estas listo? — el asintió sonrojado y me besó, mientras nos besábamos saque mi miembro y lo acerqué a su entrada.
Empujé levemente y el mordió mi labio como la primera vez, sonreí besándolo y él correspondía mientras iba entrando, estaba casi a la mitad y como pensé él suspiró separándose enredando sus dedos en mi cabello uniendo nuestras frentes, terminé de entrar aunque no del todo y acaricié su cadera.
— Ya está pequeño — besé su cuello — relájate.
Su aroma empezó a esparcirse por toda la recámara excitándome, lo recosté en la cama besando su cuerpo y tras darle un pequeño beso tomé su cintura empezando a penetrarlo lentamente, podía ver el dolor y placer en su rostro lo cual me excitaba demasiado.
Empecé a apresurar mis penetraciones y el gimió algo más fuerte, se aferraba a las sábanas mirándome a mi lo cual me gustaba, el estiró su mano hacia mi y me agaché para que acariciara mi mejilla y rodeara mi cuello, seguí penetrando algo rápido y el gemía en mi oreja.
— Mierda — susurré sintiendo que podría venirme ya.
— Aún no Tetsuro, no debes de contenerte — susurró sonrojado mirándome a los ojos.
— ¿Estás seguro de que no vas a lamen...
— No termines esa pregunta, es obvio que no — desvió la mirada sonrojado.
Esto es como un pecado.
