- ¿changbin?
- ¿Puedo sentarme?- me preguntó.
- Si.
- Se que no tenemos mucha confianza, pero puedes decirme que te pasa... confía en mi.
-Félix os habrá contado todo lo que ha pasado últimamente ¿No?
- Todo, pero aún así siento que hay algo que no sabe, ¿ Que piensas en verdad? El solo sabe lo que cuentas.
- Yo no se que pensar, además desde que volvió el y nos vimos, cada vez me siento peor, el psicólogo me recomendó escribir todo lo que sienta en un lugar para todo lo malo dejarlo ahí, yo decidí hacerlo en forma de poesía o canciones.
- Se necesita talento para componer ¿Te gusta hacerlo?
- Me encanta, Mina Sana y Lix dicen que se me da bien.
- No lo dudo, ¿sabes? Cuando te vi por primera vez tu rostro ya era conocido para mi- me paralice- desde pequeño empecé a tener un sueño, como a los 1-2 años, yo estaba caminando y te veía a ti en el césped acostada, me sentaba a tu lado y...
- mirábamos el cielo estrellado- continúe la frase, el me miró sorprendido.
- ¿Tu lo has soñado?- preguntó incrédulo.
- Desde que volví a Australia antes de que naciera Félix.
- Eso es extraño.
- A mi me parece mágico - dije mirándole- es como si estuviéramos destinados a conocernos.
- Es mágico pero extraño.
- Me gusta lo raro- el me miro sonriendo- por eso reaccione así al verte por primera vez, me dio miedo ver que el chico que aparece en mis sueños desde que tengo 2 años, estaba parado en frente mío- el me miró- pero me transmites calma y paz.
- Yo cuando te vi me sentí feliz- confesó- en el sueño lo que pensaba al ir y acercarme a ti, era que sentía que debía protegerte, yo aparte de ese sueño tenía sueños donde te veía sufrir, desde ese momento aunque pensara que no eras real, si te llegaba a ver estaba dispuesto a dar mi vida por ti, por que por alguna razón siento al necesidad de que estés bien.
- Eso es bonito- dije nerviosa.
- Yo se que no soy tu primo o tu hermano, pero dame una oportunidad para ayudarte- yo asentí y le abracé.
- Gracias de verdad, te daré la oportunidad.
- Deberías volver con los demás- se levantó y me ofreció la mano.
- Vale.
- Pero- dijo serio de repente- luego debes acompañarme al parque- continuo de forma dulce.
- Esta bien, correré el riesgo- bromeé, le di la mano y nos dirigimos de vuelta al instituto, cuando estábamos por llegar nos soltamos las manos para evitar mil preguntas.
- ¡Dios mío no vuelvas a irte así!- dijo Félix nada más verme, luego corrió hacia mi y me abrazó.
- Ya, la mataras- comentó asustado Han.
- Siempre dices eso- hablo pensativa Sana.
- Por que será...- continuó Han.
- ¿Estas bien verdad?- me preguntó Mina.
- Si... siento haberme portado así.
- Tranquila solo te costará un chanclazo- miré a Sana asustada- era broma mujer, parece que has visto un fantasma.
- Bueno eres algo parecido a eso- añadió Félix recibiendo un zape por parte de la japonesa.
- Oye deberíamos irnos ya- comente.