Especial Final

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El cielo estaba más azul que nunca. El sol iluminaba con intensidad y el poco viento que había, añadía perfección a la escena que mis ojos presenciaban.

Un cuerpo masculino comenzaba a acercarse a mí lentamente. Su andar era elegante. Cada vez estaba más cerca, la cercanía de aquella persona me ponía nerviosa.

- Byeol- dijo.

Algo dolía dentro de mí. Hace dos segundos un sueño, más bien pesadilla, me había atormentado.

Pero al contrario que en este, esta vez Changbin estaba conmigo.

- Honestamente no quiero irme, me queda mucho por vivir a tu lado...

- No te vayas- le pedí.

- Mi cuerpo duele... ¿Crees que seré capaz de soportarlo?- me preguntó con miedo- Amor, ¿Me prometes que este dolor pasará? ¿Volveré a ti?

Mis ojos se habían nublado levemente por unas lágrimas que me negué a dejar salir.

- ¿Si no soporto este dolor... Podrás perdonarme y seguir con tu vida?

- Inténtalo ¿Vale?- le pedí acariciando su pelo.

- Te amo, Byeol- dijo.

Pero volvió a desaparecer poco a poco.

Como había hecho en mi anterior sueño.

-¡Noona!- comencé a oir la voz desesperada de Jeongin.

Abrí mis ojos de golpe notando como estos estaban húmedos.

-¿Estás bien?- pregunto el menor.

-Solo fue una pesadilla...

Me levanté de la cama y baje junto al chico hasta el comedor, al llegar comenzamos a comer pero un teléfono nos interrumpió.

Minho contesto y dos minutos después nos encontrábamos llendo de camino al hospital.

Entramos en aquel edificio blanco y pude ver a Félix nervioso.

-¿Todo bien Lix?- pregunté preocupada.

-pudieron reanimarlo.

- Familiares de Seo Changbin pueden pasar.

Sin pensarlo entre en la sala donde estaba mi pareja.

Verle ahí inmovilizado y pálido. Tan débil. Me dolió más que cualquier golpe.

-Byeol- susurro débil.

- Estoy aquí amor.

-Casi dejo este mundo- mis ojos se humedecían con cada palabra suya, tomo mi mano- realmente pensé que te perdería para siempre.

Me recosté en la silla y simplemente apoye mi cabeza en su hombro como acostumbraba a hacer.

Cerré mis ojos mientras besaba mi frente y me cantaba en un susurro.

Mis párpados comenzaron a pesar hasta que de repente caí en un sueño.

Abrí mis ojos sintiendo la mirada de Changbin quien me acariciaba la cabeza débilmente.

Mire sus ojos llenos de lágrimas, su nariz había cogido un tono rojizo que era resaltado por la palidez de su rostro, esos labios sin color alguno dejaban ver su estado.

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