La verdad

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———Changbin———
Ya había pasado una semana desde que Youngmi estaba en coma.

Los días han sido tristes y aburridos sin ella.

Entre nosotros no bromeamos y tampoco quedamos.

Félix está fatal, Sana decidió que ella se iría con sus amigas y el vendría con nosotros hasta que Youngmi se recuperara.

Yongbok no come y todas las noches esta llorando, su piel es más pálida de lo normal mientras que su pelo se ve estropeado y descuidado.

Muchas veces le hemos pillado ya haciéndose moretones o golpes, debido a eso le llevamos al psicólogo y luego de una sesión nos confirmo que le había diagnosticado depresión y que su ansiedad había incrementado desde la semana pasada.

Sana nos muestra su mejor lado, aunque no es el mismo de siempre, ya no sonríe tanto y pocas veces quiere quedar fuera del instituto.

Jeongin Hyunjin y Han son de los más perjudicados dentro de mi grupo de amigos, sin contarme a mi y a Lix, y es que eran muy cercanos, Jeongin a su edad no estaba preparado para algo así, Hyunjin es demasiado sensible y simplemente no puede aceptar que esta en coma, mientras que Han simplemente cambio, su mirada es fría y casi no habla, se la pasa en el cuarto.

El resto están mal pero tratan de consolarnos.

De parte de las chicas (sin contar a Sana) están muy mal todas. Jihyo Tzuyu y Mina hace días que no las vemos, nos han dicho que no quieren salir de casa y es imposible convencerlas de lo contrario. Chaeyoung Dahyun Momo Nayeon y Jeongyeon están en la misma situación que Seungmin, Minho, Chan y Woojin.

Y yo... estoy peor que nunca.

Hay días que solo quiero morirme y acabar con este sufrimiento.

Había encontrado a la persona que me haría feliz siempre y ahora simplemente... me la han quitado.

Soy el único que ha tenido el valor de visitarle diariamente, estos últimos días no he ido al instituto para quedarme con ella.

Tomo su mano y le hablo de como va todo.

Le pido  que despierte y siempre acabo llorando y besándola.

Chan me pidió que volviera a ir al instituto así que le hice caso.

Amanecí como siempre, triste y aburrido.

Salimos de casa y llegamos al instituto.

Nada más entrar todos nos miraron tristes, como siempre.

La noticia de Youngmi había volado y todos sabían.

Menos los profesores, nadie sin contarme a mi y a Félix sabía todo. Y es que no conocían la razón de que mi Byeol esté ahí, esa persona que todavía no quiero ver.
Ni siquiera mis amigos, las chicas y mucho menos Sana saben que paso. No me atreví.

Pero al final compartimos curso y era hora de verle.

-¡Amigo!- grito el desalmado que me arrebató a mi novia- ¿Que tal Lee, ya murió al fin?- le di una patada en los huevos.

- No te atrevas.

El me miro y se dirigió a Félix que estaba débil, le pego y ahí se la gano.

Si algo se es que si Youngmi despierta y se entera de que Félix está sufriendo, querrá volver al coma, Félix ahora mismo es lo único que tengo que me recuerde a Youngmi y lo cuidaré como mi hermano pequeño.

Corrí a Suk y me pegue en la cabeza con todas las fuerzas que pensé haber perdido ese día, el cayo por el golpe.

-¡YA ME QUITASTE A YOUNGMI NO ME VAS A QUITAR A FÉLIX!- todos se callaron y nos miraron incluyendo el profesorado-¡CUÉNTALES COMO ABUSASTE DE ELLA Y CASI LA MATAS!- el silencio en todo el instituto era claro-¡CUENTALES COMO ME ARREBATASTE A LO QUE ME HACIA VIVIR!- Félix se acercó a mi y me abrazó largándose a llorar, yo le trate de calmar.

La directora se me acercó.

-¿Que dijo señor Seo?

Le conté la verdad y la furia en los ojos de la directora, se me quedará grabada para siempre.

- Kim Suk, ahora mismo te voy a llevar a la policia, quedas expulsado permanentemente y claramente estás denunciado por haberle hecho eso a la pobre Lee Youngmi que solo quería vivir en paz- agarro del brazo a Suk- y ustedes los graciosos de turno que le ayudaron, se vienen también a comisaría.

La mujer y varios profesores salieron y Félix sufrió otro ataque, esta vez nadie más que yo actuaba, todo el instituto observaba.

- Venga Lix respira- le dije yo acariciando su cabeza.

Yo ya habían encontrado mi método de tranquilizar a Lee.

Luego de dos minutos conseguí relajarlo y el siguió llorando.

La verdad esto no es fácil para nadie.

Es todo tan repentino y doloroso... esto es injusto....

Un teléfono sonó... era de Sana.

Cuando colgó sus ojos se humedecieron y nos miró seria.

- Era el hospital... ella...

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