Vistas de ensueño

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-¿Nerviosa?- preguntó Woojin mientras conducía.

- La verdad asustada, pero no de la cena, tu conduciendo me das miedo.

- No exageres que conduzco bien.

Llegamos a un restaurante lujoso y me ordenó bajarme.
Cuando baje del vehículo y se fue Han apareció ¿Pero que traman estos?

- Sígame Noona- le obedecí y me llevo hasta una sala privada de ese restaurante, pero en vez de entrar me llevo a otro lugar, un patio, me dejó en la puerta.

- Venga- esta vez hablaba Minho.

Seguimos caminando hasta el centro del patio interior y me dijo que me sentara en un banco, minutos después llego Félix.

-¿Me explicas que es esto?- le pregunté nada más verle.

- Confia, ¿Que tal todo hasta ahora?

- Raro.

- Estas guapa.

-Gracias, Sana me ayudo.

- Oye ¿Noona te gusta alguien?

- ¿Por que todos preguntáis eso ahora?

- No me cambies el tema.

- Bueno vale... Si

- ¿Quien?

- Changbin- susurré.

- Era obvio- Lo miré sorprendida- Ven sígueme.

Me levante más confiada ya que estaba mi hermano y me llevo hasta la habitación por la ir habíamos pasado antes Han y yo.

- Suerte- me dio un abrazo y abrió la puerta para que entrara.

Obedecí, al segundo escuché la puerta cerrarse.

Observe la sala y vi a Changbin sentado en la única mesa del lugar.

- Hola- me saludó- Ven siéntate- se levantó y me ayudo a sentarme.

-¿ Todo esto lo hiciste tú?- pregunté asombrada.

- Si- respondió tímido.

- Es lo más bonito que han hecho por mi- nos ojos se habían aguado un poco pero pude disimularlo rápidamente.

La habitación era blanca con muebles dorados y de madera blanca, un gran ventanal permitía observar y quedar maravillado por las vistas, y es que el edificio es alto y estabamos en un tercer piso, las luces de la ciudad brillaban con intensidad mientras que unas luces de colores llamaban mi atención, era el puente Banpo, situado en el río Han, y es que por la noche era iluminado por varias luces de colores.

La habitación era blanca con muebles dorados y de madera blanca, un gran ventanal permitía observar y quedar maravillado por las vistas, y es que el edificio es alto y estabamos en un tercer piso, las luces de la ciudad brillaban con intensidad mi...

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Desde el gran ventanal también podía ver el cielo estrellado, estaba despejado y la luna llena alumbraba con una luz tenue pero que contrastaba con el oscuro cielo nocturno.

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