- Youngmi despierta- mi hermano hablaba mientras yo dormía profundamente.
- No quiero ir al Instituto Lix- pedí.
- ¿Porque?- dijo frustrado- Mamá nos está esperando.
- Voy- dije levantándome con pereza.
Un día más que empieza y me quita la tranquilidad de mi cama.
Me vestí con un vaquero y una sudadera y salí de mi cuarto.
Baje y allí estaba papá con Félix, saludé y al ir a la cocina estaba mi madre desayunando.
- Buenos días hija- mi madre me saludo y beso mi frente- ¿Dormiste hoy?
- Si, pero sigo estando cansada.
- Fueron muchos días sin poder dormir mi amor, ya verás como en dos días más recuperas fuerzas.
- ¿No puedo quedarme en casa?
- No me seas vaga.
Me dejó sola en la cocina desayunando.
Termine mi bol de cereales, agarre mi mochila y me dirigí al salón.
- Adiós mis amores- dijo dramático Papá cómo siempre.
- Adiós papa- se despidió Félix saliendo de casa.
- Adiós Amor- se despidió está vez mi madre besando a mi padre.
- Buen día mi niña- me abrazo Papá.
- Chao Papá.
Salí y me subí al coche donde me esperaban mi madre y Lix.
-¿Tienen examen hoy?
- Félix tiene uno de mates- dije recibiendo una mirada triste de mi hermano.
-¡¿No me dijiste nada Lix?!- regaño mi madre al pequeño chico que se encogió en su asiento.
- Es muy fácil Ma, no te preocupes.
- Más te vale Lix.
- Tranquila Mamá el es un chico muy listo- dije sonriendo.
- Pero ¡Youngmi también tiene examen de historia hoy!
- ¡Eso es mentira!
-¡No!
- ¡Que es falso Félix!
-¡ME DA IGUAL! venga bajad y seguid ustedes andando que llegó tarde.
- Vale Mama- respondimos al unísono riendo.
Ella no llegaba tarde, pero solo quería deshacerse de nuestras constantes "discusiones" que solo eran una actuación constante que los dos hacíamos para molestar a nuestros padres.
Bajamos del vehículo que luego sin tardar se fue.
- Es muy divertido pero me da pereza caminar- se quejó el.
- Merece la pena.
Un móvil sonó.
-Responde- dijo Lix.
Vi la pantalla de mi teléfono y pude apreciar el nombre de mi novio.
Cogí la llamada.
- Amor ¿Dónde estás?
- Voy caminando con Lix ¿Por?
- Por saber- dijo, pero pude escuchar risas femeninas de fondo.
-¿Ya llegaste?
- No, estoy... En mi coche.
-¿Tú madre va contigo? Es que escucho voces...
No es que sintiera celos. Solamente era extraño escuchar en una llamada risas femeninas, más si dice que está en su coche.