Llegamos a mi cuarto pero cuando cerramos la puerta el teléfono sonó.
-¿Quien es?- pregunté ya que era un número desconocido.
-Soy yo, Sanake, tienes que venir, sentimos interrumpir algo pero es urgente.
-Tranquila estaremos allí en nada.
Colgué el teléfono y Changbin me dio un abrazo.
- Igual es demasiado pronto, dejémoslo para otro día Byeol.
Le di un beso corto y el se puso su camisa para salir ya, Sana me había mandado una dirección.
Llegamos y era la casa de mis unnies, toque la puerta y me abrió un Chan muy preocupado.
Me dejó pasar y cuando todos me vieron se callaron, Tzuyu me miró y luego a otro sitio, ahí estaba Félix.
Su rostro estaba pálido y sus labios habían perdido color, le costaba un poco respirar y estaba fatal. Mierda, volvió.
-¡Lix!- grite asustada y corrí hacia el.
- Volvió, no se porque ni cuando pero esta aquí otra vez- me susurró en inglés.
-Ya está, Tranquilo te voy a ayudar.
Ya que su camisa era bastante apretada se la desabotoné para que no le presionara.
Saqué mi móvil y entre en el álbum de fotos de nuestra familia, para distraerle le iba a poner fotos de los dos y mientras le ayudaría a recuperar su respiración.
Luego de 10 horribles minutos conseguí que ese ataque de ansiedad cesara.
-¿Todo mejor?- preguntó Sana acercándose a Félix y acariciándole el pelo.
-Perdon por asustarte y molestarte Noona- se disculpo.
-No te disculpes, no pasa nada ¿Verdad Bin?
-Claro que no Felix, no importa- dijo Seo acercándose a mi hermano y dándole un pequeño abrazo.
-Bueno, creo que deberías ya volver a casa- añadió Momo.
-¿Félix donde se quedará?- pregunte.
- Se venia ahora a casa- me respondió Jeongin.
Me dirigí al menor y saqué mi teléfono.
-Te voy a mandar unas fotos, si vuelve a pasar, desabrocharle la camisa si es apretada y traten de evitar que algo le presione el cuerpo, que se tumbe o esté sentado, y debéis ayudarle a que respire y distraerle- el menor asintió y yo le termine de mandar todo.
-Buenos noches- se despidió Mina.
- igualmente - dijo Bin agarrando mi mano y saliendo de la casa.
Subimos a mi coche y cuando llegamos a casa nos fuimos a la cama para dormir.
- Estoy tan feliz contigo Oppa- dije abrazándole.
-Te quiero muchísimo Byeol.
Y en esta posición nos quedamos dormidos.
Sentí unos labios sobre los míos y cuando abrí mis ojos vi que era Changbin. Después de ese dulce beso me di una ducha y fuimos a desayunar.
El insistió en llevarme a un sitio bueno para desayunar y yo acabe accediendo.
El sitio era una cafetería con patio interior lo cual me llamó la atención. Pedimos los dos un café y disfrutamos de la compañía del otro.
Cada vez que miraba a Changbin me enamoraba más, sus ojos me miraban con puro amor y yo le miraba igual.
Nunca me había sentido tan completa, y eso se lo agradezco a él. Al fin y al cabo estábamos destinados. Esa unión tan única que probablemente nadie más tiene, antes la veía como una tortura o algo malo, pero ha sido lo que me hace feliz, el, su forma de ser y todo de el me hace estar mas feliz que nunca.
- ¿En que piensas Byeol?- me preguntó al ver que estaba callada y mirando a la nada.
-En ti- le conteste sonriéndole- pensaba en nuestra unión.
-Yo estoy más feliz que nunca amor- me volvió a mirar con esa ternura que siempre veía al mirar sus ojos.
-Y yo Oppa- nos quedamos mirándonos y sonriendo.
Terminamos de desayunar y salimos a dar un paseo. Decidimos ir a la playa porque hoy era un inesperado pero intenso día de calor.
Pasamos por su casa para buscar un bañador y ropa para el, y luego fuimos a mi casa a cambiarnos y a preparar las cosas.
- Se podría decir que es nuestro primer dia juntos como pareja- dijo ilusionado.
Algo curioso en el, es que parece muy serio e incluso agresivo, pero por lo menos conmigo, es súper dulce y muy cariñoso, es alguien muy cálido y que sin duda no trata de esconder cuando le gusta algo o cuando está ilusionado.
-Si- Le di un beso y luego arranqué.
El bañador que yo había escogido era este:
El llevaba uno negro.
El trayecto a la playa duraba una hora así que lo pasamos escuchando música y hablando animadamente.