- ... Hola ...- me giré y le vi a el... el único amigo que conservó de los que tuve en Australia.
- Dios mío Dainan dime que no eres un espejismo- dije mientras mi vista se nublaba por mis lágrimas.
- Oye se que soy blanco pero no exageres- se quejó el australiano y yo corrí a abrazarlo.
- Dios mío te extrañe tanto- sollocé- ¿ Que haces aquí?- pregunté separándome de el.
- Pues te echaba de menos y compré el boleto de avión y un departamento para estar contigo- le miré paralizada- Nah es broma, vine con unos amigos.
- Y yo pensando que tuviste el detalle de venir conmigo- dije decepcionada.
- Perdona, quéjate de mi pero tú tienes el pelo naranja y ni me dijiste, de hecho ni me respondes los mensajes- me reprochó.
- Mi móvil se rompió.
- ¿Y no podías pedirle mi número a Félix?
- No tengo tu numero, te recuerdo que me tiraste el móvil por el balcón de mi casa- se quejó mi hermano.
- Sigues con eso...- se acercó a mi hermano y me dio un golpe en el hombro, para Dainan era amistoso por lo que no sabía era que Félix lo odiaba, y sigo sin tener el valor para decírselo a mi amigo- mirate estas crecidito.
- Y tu igual de idiota- hablo mi hermano alejándose.
- Bueno te veo a la salida de tu instituto para ir a dar una vuelta- yo asentí- y esta vez ten mi número- me dio un papel y yo lo guardé.
- Chao.
Dainan era coreano por lo que siempre hablábamos en este idioma para así practicarlo.
- Bueno nos vemos me voy a clase- dije feliz y me fui.
——— Félix———
-¿ Ese quien es?- me preguntaron todos cuando se fue mi hermana.
Les expliqué que el era el amigo de mi hermana pero que yo le detestaba.
- ¿Ella no lo sabe?- preguntó Sana.
- Claro que si, pero no dice nada.
- Ese chico no me gusta nada- se quejó Changbin hyung.
- ¿Celoso Seo?- se burlo Woojin.
-¿ Tu no deberías estar hibernando?- respondió el chico bajito.
- Vale que tal si pensamos como deshacernos de Dainan- propuse.
-¿ Como Lix?- escuché la voz de Youngmi.
- ¿ Que haces aquí?- pregunté asustado.
- Sana tenía una cosa mia en su mochila, ¿ Que quieres decir con deshacerte de Dainan?- me preguntó enfadada.
- Ya me harté Noona, ese chico me tiene harto- solté.
- ¿ Es broma Lix? El es la persona más preciada que tengo después de tu y Sana- escuché un gruñido de Changbin.
- Ya veo que sirvieron de mucho todos estos momentos compartidos, te confieso todo y tú prefieres a otra persona cuando me habías dicho que me apreciabas muchísimo- hablo enfurecido Changbin pero en sus ojos vi dolor.
- Binnie yo...- se excusó Youngmi.
- Déjame- Changbin se fue.
-Me voy a clase- Dijo Youngmi triste después de haber cogido lo que tenía que buscar.
- Desde luego no puede haber paz- se quejó el más joven de todos- me tienen harto con dramas.
- Ya esta chicos esto se arreglará- nos tranquilizó Chan.
———Youngmi———
Cuando Changbin se fue me sentí la persona más inútil del mundo.
Me fui de ahí rápido y subí a la azotea, me da igual perderme la clase que tocaba ahora.
Yo quiero mucho a Dainan pero si es verdad que igual el debió quedarse en el pasado... ademas si ha Félix no le agradaba debí comprender y apoyar a mi hermano, el estará ahí para siempre, Dainan no.
Subí y me senté en el borde de la azotea. Saqué mi libreta y empecé a escribir. Luego de varios minutos me quede sin ideas y guardé la libreta, miré el suelo, realmente estaba alta. Me incline a mirar un poco más y escuché un grito.
-¿ QUE HACES?- era Changbin, me giré pero casi me caigo por culpa de que el borde era resbaladizo.
Changbin corrió y me agarro, me levanto con tanta fuerza que nos quedamos uno delante del otro, muy cerca.
- Perdon- susurré, el me miró serio.
- Terminare lo que empecé ayer- dijo con una voz grave.
Se acercó más hasta que sentí una presión sobre mis labios.
Sus labios eran cálidos y suaves, primero no respondí por que me encontraba paralizada pero en seguida correspondí ese beso.
Nuestros labios se movían como si de un baile se tratase, encajaban perfectamente, parecían dos piezas de un puzzle que estaban destinadas a juntarse.
El con su mano derecha agarro mi mejilla y con la izquierda mi cintura, yo tenía mis dos manos en sus hombros.
Nuestros labios seguían bailando juntos de forma delicada.
Nos alejamos por falta de aire, le miré fijamente y le volví a besar, pero fue un beso corto, me aleje pero me quede a centímetros de sus labios.
- No pares- susurró, sonreí sobre sus labios y los volvimos a juntar.
Pase mis brazos por sus hombros y el por mi cintura, juntamos más nuestros cuerpos y sentíamos el calor del otro, nuestros labios se movían lentamente pero esta vez sentí la lengua de Changbin entre a mi boca, acariciando cada parte de esta, el beso era dulce y delicado.
Nos separamos y el agarro mi cabeza con sus manos, con una delicadeza indescriptible, como si yo fuera lo más precioso que el había visto, y como si fuera la cosa más delicada del mundo.
- Fuiste una mala chica, pero no puedo enfadarme- me dijo mirándome amos ojos con dulzura.
- Changbin... te amo- confese.
Ya es imposible negarlo, me he enamorado como nunca antes de aquel chico de ojos marrones y mandíbula afilada, cada vez que sus ojos se encontraban con los míos, sentía que observaba una obra de arte que estaba destinada a encontrarse conmigo, el es el chico de mis sueños, y es quien quiero que esté a mi lado toda mi vida.
Sus pucheros, su voz grave, su voz dulce y suave, su cabello negro y sedoso, esos ojos marrones que brillaban más que todas las estrellas del cielo, su personalidad me había enamorado al instante.
El destino es algo en lo que poca gente cree, y yo antes de conocer a Seo tampoco lo creía, pero esta mas que claro que el y yo estábamos destinados.
- Y yo- me Dino viviendo a juntar nuestros labios...