12. El Reto

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-Y aquí estoy... Perdido como un niño, sin saber la salida, sin saber el rumbo, ya no se si estoy siguiendo el camino pero... olvidenlo.

Shiryu
No siento que haya avanzado con mi travesía, cada vez me estoy preguntando si en realidad tome el camino a Jamir o simplemente me he perdido, lo peor del caso es que no debo mirar hacia atrás o estaré en problemas.

¡Hmph!, Tal vez mi maestro tuvo razón, pero eso no me va a impedir nada. Debo reparar la armadura de Seiya, yo se lo prometí y debo cumplir con mi palabra aunque tenga que sacrificar mi vida por ello.



...

Shiryu seguía caminado durante mucho tiempo, la niebla era abundante en el lugar lo cual complicaba aún más la vista hacia donde debía marchar.

Uno de sus pies pisó un objeto que hizo un fuerte crujido, miró hacia abajo llevándose un susto al ver que lo que estaba sobre el suelo era un cadaver pero este no era el único ya que alrededor de él había una pila de cadáveres de los que pudieron haber sido llamados caballeros en algún tiempo.

-¿Pero qué esto? ¿Qué hacen estos cadáveres aquí?

Dio un paso hacia atrás al ver dichas osamentas, finalmente había llegado no a su destino sino que al mismísimo cementerio de armaduras, tal y como el maestro Dokho lo había dicho en su última conversación un lugar donde ya hacían los restos de antiguos caballeros que intentaron atravesar este lugar; uno de los cadáveres habló.

-Miren, es otra alma en pena que viene a acompañarnos.

-Este lugar no es para niños, sí aprecias tu vida ¡largate de aquí! - le dijo otro cadáver.

-No pienso irme de aquí hasta conseguir que las armaduras sean restauradas por Mu- el chino alzó la voz.

-Entonces quiere decir que eres un caballero...

-Hace mucho tiempo que ninguno de ellos visitiba este lugar, pero aún así no vamos a dejarte pasar.

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En la mansión

-¿Y porqué no te quitas la máscara Shun? Me mata la curiosidad ver como eres realmente.

-Seiya, tengo motivos para no hacerlo... Además no es que sea la gran cosa, soy solo... Yo.

-Oh vamos, yo quiero ver tu rostro.

-No Seiya - niega.

-Te lo prometo no le diré a nadie que yo vi tu rostro y asunto arreglado, además ya vi a la loca de Shina así que- ella le da la espalda.

-No es fácil mostrar mi rostro, acaso tu tutora no te dijo nada acerca de la ley de mascaras.

-Si, recuerdo muy bien que dijo que si una chica fuera vista sin su máscara... Bla, bla, bla tendría que matar al hombre que la descubre o...

-Amarlo...- la peliverde puso la mano en su pecho.

-Pero eso es estúpido Shun, ustedes deberían mostrar su belleza al mundo y no ocultarla a ningún caballero o persona en especial... Por ejemplo Hyoga- dijo esto último entre susurro.

-¿Me hablaban? - el rubio entró a la sala, Shun bajo la mirada y siguió respondiendo al castaño.

-Sabes que si hago eso sería una falta grave, se me excluirá de combatir con Athena y aunque eso para mi fuera lo mejor, no me la quitaré...

Andromeda se marchó dejando a ambos chicos, Hyoga quedó confuso al ver a su compañera irse y a Seiya haciendo un puchero.

-¿Qué le pasa?

-Yo solo quería ver su cara.

Hyoga se rasco la cabeza, Seiya estaba por salir de la sala cuando escucharon la ventana romperse, ambos se acercan y se percatan que había una nota en el suelo, Seiya la recoge y la lee dándose cuenta que dicha nota pertenecía a los caballeros negros y los cuales están a la espera de ellos.

-No dejaremos que se salgan con la suya, ya lo verán.

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De regreso a Jamir

Shiryu golpeaba las osamentas de los caballeros para así poder llegar a la torre, golpe a golpe derrotaba a todo cadáver que se le pusiera de frente. Sin embargo cada vez era menos aire el que se podia sentir en el lugar, dragón mostraba su gran poder ante todas aquellas almas en pena.

-Ese chico si sabe defenderse.

-Pero no será por mucho tiempo....Rindete caballero, no podrás con nosotros.

-¡¡Jamás!!

El chino utiliza su cosmos para así derrotar a todos los cadáveres que se encontraban en el lugar, la neblina poco a poco se iba esparciendo, estaba a punto de caer a un precipicio y del cual un sin fin de rocas puntiagudas emergían de ahí abajo.

Y eso no era todo, al mirar más adelante había una misteriosa y gran torre la cual no tenía ninguna puerta por donde entrar, por fin había llegado a su destino. Mientras Shiryu iba acercándose una roca gigante fue lanzada en su contra.

-¿Quién anda ahí?

No hubo respuesta y varias rocas seguían siendo lanzadas hasta que terminaron acorralando a dragón, la risa de un niño se hizo escuchar mientras observaba desde lo más alto de la torre.

-Vaya, así que haz podido pasar el cementerio de armaduras... Pero no creas que vas a entrar a este lugar, me encargaré de acabar conti... ¡Ehhh!

Con su cosmos Shiryu logra destruir las rocas que lo tenían atrapado, el niño quedó impresionado de ver lo fuerte que era. El niño atacó nuevamente con una roca gigante y la cual fue destruida al instante por el dragón.

-No puede ser...

-Oye niño, eres bueno utilizando la telequinesis pero eso no me va a detener, ahora baja de ahí y ayúdame - el niño hizo una mueca.

-¡Porqué no vienes tú!, si tan valiente te crees ven y demuestralo- Shiryu apretó su puño.

-Muy bien, no quería usar la violencia pero no me dejas otra alternativa.

Elevó su cosmos con mayor fuerza, el niño estaba más impresionado que antes.

-Pero que clase de cosmos es ese, jamás había sentido tanto poder... Es como si... Se tratase del poder del dragón de rozan.

-Ahora verás...

Shiryu lanza su dragón naciente contra aquella torre ocasionando una abertura, el niño cayó al suelo tras el impacto del ataque, dragón puso ambas armaduras al suelo.

-Por favor, necesito que repares mi armadura... No tengo mucho tiempo, los caballeros negros están por atacar.

-Perdón, pero yo no arreglo armaduras... Ni mucho menos hago milagros.

-¡Pero tú eres Mu...

-Claro que no muchacho, yo soy el único y sensacional Kiki... Mu es mi maestro y quien se encarga de reparar las armaduras de los caballeros.

-Pero si tú no eres Mu, ¿en dónde se encuentra?

-¡Aquí!

Un resplandor apareció y junto a él un hombre de cabello lila.

-Maestro Mu, es bueno volver a verte.

-Lo mismo digo Kiki- responde mientras observa a Shiryu. -¿Necesitas mi ayuda?

-Claro que si señor, no hay mucho tiempo ¡mis amigos me necesitan!

Saint Seiya ChroniclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora