Saint Seiya Chronicles

18. Amistad

Tras caer al suelo y haber sufrido lesiones graves, Shiryu se incorporaba con dificultad ante la mirada de su contraparte que no entendía el por qué seguía con vida.

—Has perdido demasiada sangre y aun así sigues insistiendo en no dejarte vencer... ¿Por qué no tiras la toalla? — observa que Shiryu alzo la vista hacia él y le respondió.

—Porque nunca me rendiré... mis amigos... — su voz se escuchaba entre cortaba. —Ellos me necesitan y no pienso rendirme tan fácilmen... — fue interrumpido por un puñetazo que le proporcionó dragón negro, este se enfado al escuchar su repsuesta.

—¡Idiota!, no deberías confiar en ellos... Solamente se están aprovechando de ti, tendré que matarte por esto.

Estaba por darle otro golpe hasta que el ruido de la cadena de cierta amazona irrumpió en el lugar y se sostuvo en una roca, al ver dicha arma dragón negro se rió y se acercó a ella con el propósito de cortarla.

[Shiryu]

¡Maldición!

Debo evitar que rompa la cadena a como de lugar, mi dragón ascendente de lushan podría derribarlo pero... Si lo utilizo en este momento yo podría...

Flasback

—La fuerza del dragón se origina cuando haces explotar tu cosmos a través de tu cuerpo, esto puede provocar que tus sentidos estén al límite y que se invierta tu circulación la cual comenzará a hervir demasiado.

Decia su maestro quien no despejada la vista de aquellas majestuosas cascadas, aquel joven quería saber todo acerca de aquella técnica.

—¿Qué es lo que me puede ocurrir maestro? — cuestionó un tanto asutado.

—Tus células moríran, tendrás alteraciones en la sangre las cuales harán que estallen tus arterias y sufrirás hemorragias internas, en resumen es como si tu mismo te dieras un golpe en la espalda. Más te vale que no hagas este ataque cuando tu salud esté fatal, o morirás en el intento.

Aquel joven quedó sorprendido ante las palabras de su tutor mientras una joven Shunrei les miraba desde un árbol un poco preocupada.

Fin flasback

—Lo siento maestro, pero... No puedo dejar que se salga con la suya.

Me depoje por completo de la armadura, aun con el dolor, el sudor recorriendo mi piel y la tensión que de vivía no iba a permitir que Dragón negro cortase esa cadena y que mis amigos murieran.

No tuve otra opción más que usar lo último que me quedaba de vida para utilizar el Dragón de Lu-Shan, mi sangre escurria por todas partes mi cuerpo, dragón negro no se esperaba este acontecimiento.

—¿Qué crees que haces? ¿Acaso piensas atentar contra tu propia vida por el bienestar de esos mocosos? — oigo su voz toda alterada.

—Si así fuera... Lo haría una y otra vez si ningún problema, porque esos mocosos que tú dices... ¡Son mis amigos!, mis hermanos... A los cuales protegeré hasta el último día de mi vida.

—¡Ya me tienes harto!, ¡tú y esa estúpida amistad morirán!

—Adelante, ¡estoy listo para morir!

Narradora

El cosmos de dragón negro había llegado al máximo y estuvo por dar el golpe final, sin embargo y aún consciente de lo que podría pasar Shiryu elevó su poder que era protegido por aquel magnífico y legendario Dragón de Lu-Shan con el cual pudo vencer a su adversario.

Su vista estaba nublandose poco a poco, cayó sentado al suelo mientras jadeaba, sonrió sastisfecho por haber sido el vencedor de este fiero combate y lentamente esperaba el final de su vida. Pero a cambio de ello y para sorpresa del mismo fue ver a Dragón negro de pie.

—¿Eso es todo?

—No puede ser... ¡Sigues vivo! — era demasiada la sorpresa del santo de bronce que a su contraparte le causó una ligera risa.

A Shiryu se le imposibilitó el ponerse de pie, ya no había nada más que este pudiera hacer debido a la gravedad de sus heridas, nuevamente dragón negro apuntó con el dedo el pecho del santo de bronce y de inmediato le propinó una leve golpe.

—¡Ehhh!

—Tú hemorragia ha cesado — dijo esto y le mostró una sonrisa que a Shiryu dejó demasiado confuso.

—Pe...pero... ¿Por qué haces esto? ¿Por qué estas salvando mi vida?

—Heh, porque por un momento... Sentí lo que tu siempre creíste... En la amistad...algo que yo nunca... pude tener.

Dragón negro termino de hablar para luego caer muerto al suelo a un costado donde se encontraba Shiryu, al ver a su contraparte quien mantenía esa sonrisa el no pudo dejar de sentir pena y tristeza por él.

De pronto la cadena se desplazó hacia arriba mostrando a su compañera de armas quien cargaba en su espalda a un moribundo pegaso.

—Shun ¡lo lograste! — felicito su amigo, no obstante esas manchas negras que tenía el cuerpo de su amigo lo alarmaron.

—Shiryu, tenemos que hacer algo,
¡Seiya va a morir! — Andromeda estaba angustiada. —El puño de la muerte está surtiendo efecto en él, ¡es terrible! — replicó.

—Tranquila, no digas esas cosas. Ahora mismo veré que hago.

Observo a su amigo que seguía sin reaccionar, golpeó su pecho utilizando uno de sus dedos haciendo que salpicara mucha sangre cosa que a Shun le asustó e impidió que lo hiciera otra vez.

—¡Shiryu! ¡Estas loco! ¡¿Acaso quieres rematarlo?!

—Claro que no, lo que hago es golpear los puntos vitales de las estrellas.

—¿Puntos vitales de las estrellas?

—Así es, cada uno de nosotros lo posee de acuerdo a su constelación y tiene una gran influencia sobre el destino que hemos elegido, estos se convierten en los puntos vitales de las estrellas — observa a Shun.

— Ahora que lo dices recuerdo haber leído un poco acerca de eso, dice que los caballeros albergamos los puntos vitales de las estrellas, y en este caso como la constelación de Pegaso es su protectora...

—Se requiere que golpees los trece puntos a marcar — terminó respondiendo el santo de dragón. —Para eliminar todo el veneno que invade el cuerpo de Seiya es necesario atacar esos trece puntos.

De uno en uno Shiryu iba extrayendo el veneno que afectaba el cuerpo de su amigo, tanto el como Shun esperaban a que su cosmos reaccionara para así seguir viviendo.

—Seiya, reacciona por favor — suplico la amazona.

—Vamos amigo, confío en ti. ¡Despierta! — dijo Shiryu .