24. Hombre de Valor

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—Ma... Marín...

Pegaso no se explicaba el porqué su tutora le hizo esto, Marín sacó la mano del pecho del castaño y luego le dejó caer al suelo. Kiki quedó aterrado por lo que había presenciado, caso contrario a Mu quien no expresaba sentimiento alguno hacia el joven.

Sin palabras aquella mujer se dirigió a Misty quien se mostró complacido de ver la escena que su compañera hizo en contra de su pupilo. Miró a Mu mientras le seguía cuestionando el hecho de haber ayudado a Seiya y compañía, además de ponerse en contra de las órdenes del santuario. Sin embargo, él santo de lagarto fue interrumpido al ver que un remolino se formó en medio del agua acaparando todo el lugar.

—¿Qué es eso maestro Mu? — preguntaba Kiki.

—Esto me da mala espina — fue lo único que este le respondió al menor.

Las aguas se abrieron mostrando a un hombre de complexión musculosa, tenía una cicatriz en uno de sus ojos y el cual traía cargado a nada más ni nada menos que él santo de dragón, Shiryu... Era otro caballero de plata que se hacía presente al lugar.

—Moisés de Ballena, que sorpresa verte por estos lugares — habló Misty.

—Hablas demasiado, Misty de Lagarto — respondió. —Te ordenaron capturar a los caballeros de bronce y aún así les ibas a  dejar escapar. Gracias a Marín que nos avisó para que estos imbéciles no se salieran con la suya.

—Así es Moisés, de no haber sido por Marín tu ya estarías en serios problemas.

Mu y Kiki se sorprendieron de escuchar la voz de otro caballero de plata que se aproximaba al lugar y el cual traía en sus brazos a la santa de Andrómeda, Shun.

—Asterion, ¿tú también has venido a reprocharme? — dijo Misty.

Pero eso no terminaba aún, desde las alturas Hyoga de cisne fue lanzado mientras un alma iba tomando forma de otro caballero de plata.

—¿Tu también Babel?

—Dejate de cháchara Misty, al menos agradece por el trabajo que tuvimos que hacer con los caballeros de bronce — respondió.

—Ahora volvamos al santuario a avisar al gran patriarca que ya no tendrá de que preocuparse — dijo Asterion.

...

Los cuatro caballeros de bronce fueron enterrados a la orilla del mar,  los santos de plata daban por finalizada su misión. No obstante, Misty no se mostraba confiado. Había un caballero de bronce restante y del cual no se sabía el paradero de dónde pudiese estar.

—Marín, ¿sabes dónde pueda estar el caballero Fénix? — cuestionó a la castaña.

—Por él no deberías preocuparte Misty, Ikki quedó bajo los escombros del monte Fuji — exclamó.

—Ummm... dudo que él haya quedado atrapado en ese lugar — el resto de los santos le observaron asombrados. —Regresen al santuario, debo asegurarme de que todo permanezca en orden.

Marín y el resto de los caballeros marcharon rumbo al santuario, lejos del lugar donde estaba Misty, Mu junto a Kiki  miraban al caballero de lagarto que se acercaba a la tumba de pegaso.

—¡Oh no! parece que Misty se ha dado cuenta de la ilusión que le hizo a los caballeros de plata — Kiki estaba preocupado.

—Puede que haya descubierto a Seiya pero en el caso de Hyoga, Shiryu y Shun es todo lo contrario — dijo.

—¡¿Qué?! — dijo el niño.

Misty apretó sus puños y comenzó a reclamar a Pegaso que saliera de inmediato, sin obtener respuesta de parte de él lanzo su ataque el cual hizo que Seiya saltara y esquivara su ataque.

Saint Seiya ChroniclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora