Saint Seiya Chronicles

38. Ingenio

La llama de la casa de Tauro se había disipado, solo quedaban 10 horas para salvar la vida de Saori y desenmascarar al gran patriarca.

Junto a Seiya y los demás caballeros partieron hacia la siguiente casa... Géminis, una vez estando frente al templo notaton que no había señales de vida pero tras la experiencia anterior no podían asegurar que todo estaba bajo control.

Al ver que nadie llegó a recibirlos entraron de inmediato al templo, a pesar de que el lugar estaba vacío Seiya y el resto sintieron un cosmos amenazante pero que al final no fue problema para que salieran del lugar.

Sin embargo, una vez fuera ellos quedaron sorprendidos de ver nuevamente la entrada al templo de Géminis.

—Un momento, ¿cómo es que llegamos otra vez a este templo si lo acabamos de pasar? —  Seiya rascó su cabeza.

—Qué extraño... — habló Shiryu.

—¿Creen que solo fue una ilusión? — Shun observó a sus compañeros.

—Sea ilusión o no, debemos seguir adelante. ¡No hay tiempo que perder! — dijo Seiya.

Nuevamente entraron al templo de Géminis, pero cada vez que avanzaban aquella extraña sensación cada vez se hacía muy fuerte, una vez pasada por segunda ocasión el templo se dieron cuenta de algo que los dejó sin palabras.

...

—Aldebaran... Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos. ¿Necesitas ayuda con tu cuerno?

Aldebarán

Miré a la entrada de mi templo encontrándome con cierto colega de cabellera lila él cual me sonreía, Mu de Aries. Me alegre de verlo también pero todavía me sentía muy avergonzado por la derrota que tuve contra Seiya.

—Menudo momento en que me veniste a encontrar... He perdido contra Seiya, jajajaja — sonreía torpemente a Mu pero mis palabras no le generaron gracia alguna.

—No te hagas el tonto, si en verdad hubieras acabado con Seiya aquí el templo ya estuviera cubierto de sangre. ¿Por qué lo dejaste pasar a él y a los demás?

Mu acertó bien con lo que me dijo, a pesar de que Seiya me dió batalla podía haberlo detenido pero... Había algo que me estaba haciendo dudar de Seiya y la intención que él junto a los otros tenían de hacerle frente al patriarca.

—Tienes toda la razón, mientras peleaba con Seiya comencé a sentirme un poco confundido, cual de los dos bandos era el bueno... Si el del gran patriarca o el grupo de Seiya y sus amigos que han jurado proteger a la diosa con su propia vida. He oído que últimamente se han visto cadaveres de soldados y ayudantes del sumo sacerdote quien los ha matado por su propia cuenta como castigo a todos aquellos que le vieran el rostro. Me cuesta creer que el ser supremo a quien todo el pueblo ha catalogado como a un dios puede cometer ese tipo de barbaridades contra su propia gente — me levanté del suelo al momento en que Mu levantaba el pedazo de cuerno y se acercó a mí.

—Esos muchachos no lucharán en vano, así se podrá dejar en claro la situación que atraviesa el santuario — me quedé observando con mucha sopresa.

—Pero es imposible que ellos pasen la casa de Géminis — le dije en tono preocupante.

—Pero la casa de Géminis está vacía, no creo que los chicos tengan problema en pasar ¿o sí? — mire a Mu y negué.

—Nosotros como caballeros dorados ni siquiera hemos visto el rostro del caballero de Géminis, no obstante puedo sentir su cosmos... él aún sigue en su templo — Mu se sobresalto.