(12) Emociones desbordadas

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-Matamoros lleva a Rosalba y a Mónica a la casa. -le ordene aún sentada en mi posición en una de las sillas de la sala de espera. Mónica quien permanecía con su cabeza sobre mis piernas y sus piececitos sobre la silla a mi lado se removió. Acaricie su cabello. Vi la duda cruzarse por su mirada, pero sabe que no puede negarse a una orden mía.

Se inclinó sobre mi y tomando a la niña en brazos, la acomodó sobre su pecho. Mónica se volvió a remover y sus largas pestañas aletearon hasta mirarme.

-¿Tía Regina? -preguntó y volví a acariciar su cabecita.

-Matamoros te llevará a la casa, debes dormir.

-Pero y ¿la tía Regina?

-Ella va a estar bien, estaré cerca de ella. Mañana nos vemos... -dude entre inclinarme y besar su frente o no hacerlo. No quiero que se acostumbre a estos gestos. Opté por solo acariciar su flequillo. -Buenas noches, niña. -susurre. Ella se arrulló contra los brazos de Matamoros.

-Buenas noches. -respondió antes de volver a caer rendida. Voltee a ver a Matamoros. -Quédate con ella. Toma una de las habitaciones de arriba. -él frunció el ceño, no suelo pedirle estas cosas pero Mónica estará sola y se que le teme a la oscuridad. Ademas de que Rosalba también debe estar cansada y no sabrá actuar si la niña la necesita. Él asintió. Le dediqué una media sonrisa y los observé marcharse.


*****


-¿Señora Sandoval? -detuve mi andar por todo el frió pasillo y voltee a ver al doctor frente a mi. Deje de frotar mis brazos y me acerque apresuradamente hasta él.

-Soy yo -respondí, él asintió y me enfoqué en su mirada verde como la mía. Es joven para ser médico, tal vez algunos años mayor que yo.

-La señora Regina ya sido transportada a una habitación. -me aviso y yo asentí soltando un largo suspiro de alivio.

-¿Y la bebé?

-La niña nació con muy bajo peso y con los pulmones débiles por lo que está en incubadora en área de cuidados intensivos neonatal. La mantendremos en observación para ver cómo se desarrolla.

-¿Pero se va a salvar? -cuestione comenzando a sentirme nerviosa.

-Debemos esperar para saberlo. Por lo pronto esta muy pequeña y bajo muchos cuidados.

-Si necesita mandar a traer al mejor médico del país hágalo, si necesita equipos, dinero. Solo dígamelo.

-No se trata de dinero señora Sandoval, se trata de tiempo. -mis ojos picaron por las lagrimas. No quiero ver a Regina sufrir yo se como amaba y esperaba la llegada de esa bebé desde que se enteró de su embarazo.

-¿Puedo ver a mi hermana? -cuestione y él asintió.

-La acompañare. -dijo, estirando una mano hacía mi y esperando a que me le adelantara. Así lo hice.

*****

-¿Altagracia? -dejé mi vaso de café a medio centímetro de mis labios y voltee a ver a mi hermana. Me la encontré con los ojitos soñolientos y la palidez en su rostro. Suspire con alivio.

-Regina por fin despiertas-dejé el vaso de café sobre la mesita a un lado de la ventana y me apure hasta ella. -¿Como te sientes?

Mónica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora