♡ Una Mujer -tomtord- ♡

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Terminó la coleta soltando un imperceptible suspiro. Realmente le costó. Fijo su vista en las manos de quien tenía al frente, notando en vaso con el licor que pidió. Lo recibió.

—ah, gracias.. Realmente quiero un poco de alcohol.

Tomó gustosa un sorbo del líquido burbujeante, el ardor bajo por su garganta en recorrido a su estómago. No estaba acostumbrada a esa sensación rasposa, pero de igual forma le encantaba. Carraspeo un poco. Elevando su mirada al barman, ya le parecía extraño notar que este no se había movido del actual lugar. Pestañeo un poco hasta reconocerle.

"Hay mierda" pensó "es Tom"

Elevó una ceja tratando de poner una expresión de extrañeza y así disimular su incomodidad. Se giró un poco apoyando su brazo derecho sobre la barra y bebió de su vaso esperando mitigar el nerviosismo que inevitablemente surgió en ella.

—Tord—. Volvió a susurrar Tom. La mencionada sudo frío tratando de no mirar al británico. Fue entonces que alguien interrumpió el incómodo momento.

—hey Tom.

Giro la cara para ver a Chris, este no venía con el mejor ánimo.

—Chris..

—ya te puedes ir si quieres.

—no te dio su numero?

—rechazado totalmente.

Tord no pudo evitar soltar una risa pequeña y disimulada, le daba gracia escuchar al chico quejarse. Ese gesto fue notado por los británicos. Chris palideció sorprendiéndose.

—e-eres tu.

—hola—. Saludo la extranjera con una sonrisa aparentemente confiada.

—no creí que...

—que estaría aquí para escuchar tus quejas hacia mi? Tranquilo, sin rencor.

Ese actuar relajado, que ocultaba los nervios de Tord, provocó que el de cabello negro se sonrojara. Finamente la cuernuda se levantó dejando el vaso vacío, sonrió mostrando sus brillantes dientes a ambos británicos y se fue. Chris se quedó una vez más viendo como Tord se iba.

—carajo—. Se quejó. —ni siquiera le pregunté su nombre.

—no sé—. Opino Tom dando una palmada en el hombro derecho del más bajo. —no me parecía confiable.

—a ti nadie te parece confiable.

—te hablo a ti, no?.

—touché.

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Caminaba apresurada en dirección a su lugar de residencia, soltó la coleta que tanto le costó hacer para dejar que su cabello largo cayera por su espalda. Se sentía observada y no sólo por su cuerpo femenino.

Sabía que le seguían y temía saber quien lo hacía.

Como es que llegó y no pudo pasar ni un día sin encontrarse con uno de sus ex amigos?

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