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—¿qué... qué dices?

—lo que escuchan. La niña bonita se esfumó.


Soltó un suspiro al cerrar la puerta. Miro el pasillo vacío y luego se fue, ya nada la ataba a quedarse, hizo todo lo que consideraba correcto. No responsabilizaria por las decisiones de Tom, todo lo que el británico hiciera con la información brindada es cosa de él ahora.

Kate ya no tiene ningún tipo de deuda. Ya está bien.

Se acabó.

Y esa misma mañana presentaría su renuncia, porque ser camarera jamás le gustó. Porque tenía mejores oportunidades que tomar.



—Tom...

—no, Edd... no puedo..

—pero... ¿no te preocupa?

—por supuesto que me preocupa, pero... yo no tengo nada que hacer ahí. Ya hice suficiente daño.







...mamá...

...mamá, te quiero...

...despierta mamá, tienes que volver...




...vuelve...

Abrió los ojos de golpe y jadeo. Con el shock de semejante despertar, sus pulmones buscaban aire con desespero. Solo el paso de los minutos permitió la calma.

Y entonces, los nervios la atacaron de nuevo, dándose cuenta de que estaba en otra habitación, sobre una cama. Completamente inmóvil.

Comenzó a agitarse, estaba molesta, enfurecida. Si. Y preocupada. Tenía un mal presentimiento. Las correas que la tenían amarrada eran sujetas por un broche de alta seguridad, que de hecho conoce muy bien.

Son los que usan para pacientes en estado crítico. Pensó, ya asimilando que si aplicaba la suficiente fuerza podría liberarse. Entonces podría buscar una salida y-

—oh no, querida, no te esfuerces.

Dejo de forcejear y de divagar imaginadas rutas de escape. Giro en lo que podía la cabeza, y lo vio. Solo emitió un gruñido, no pensaba hablarle al idiota.

—estas débil aún, pero igual me das el placer de escuchar esos soniditos de perra que sueltas.

Lo vio moverse por la habitacion hasta detenerse junto a una estructura que no habia visto. Una maquina, en su mayoria blanca, con un cuadrito de 20 x 30 que parecía ser un monitor de control inalámbrico. La maquinaria en sí, no se veía, todo estaba cubierto por piezas de metal recubiertas con una capa de pintura antibacterial.

Maquinaria médica en su totalidad.

Me estás jodiendo... Reconocía esa cosa, claro que si ¡Ella misma lo había diseñado! No podía creerlo, realmente no. Pero resultaba cierto y ya inútilmente innegable que Víctor si hizo un relativo buen uso de su poder militar. Porque esa máquina, en apariencia parecida a las usadas para tomografías computadas, era nada más y nada menos que lo mismo pero más evolucionado.

Torny lo recuerda bien, paso a lo menos cinco meses trabajando en esos planos con ayuda del doctor Taicho. Haciendo uso de la tecnología de los rayos x con más profundidad.

¿La finalidad? Un metodo más "amigable" para interrogar delincuentes, espías, terroristas o prisioneros de guerra... algo que, como muchos de sus trabajos, jamás debería caer en malas manos.

Por lo mismo, oculto tanto plano y proyecto como puedo.
Por lo mismo, Scratfier está tan molesto.

Y... por lo mismo, ella esta ahí, a punto ser sometida a unos de sus propios inventos.

O lo estará, pronto.

—te llama la atención este juguete ¿no es así? Creo que lo reconocerás, encontré el plano en la oficina... estaba bien oculto.. por eso me pregunto si hay más. Así que dejaré que esto sirva a su función y te sacaré toda la maldita información.

El se acercó, la sujetó del rostro obligándola a que le viera a los ojos.

—lo sabré todo ¿lo entiendes? Dare vuelta toda tu puta cabeza y encontraré los archivos. Estas jodida Larsson.

♡ Una Mujer -tomtord- ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora