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Unas cuantas muchas semanas después, la vida de Torny ya había dado dos o tres giros de 360 grados. Tener un niño en su casa. Tener un hijo... significaban muchos cambios.

—Caym, estas despierto pequeño? Es hora de levantarse.

—si ma.. mamma..

No podía evitar que una sonrisa se posara en sus labios cada que veía al nene bostezando y luchando por mantenerse despierto, murmurando la palabra "mamá" en su idioma natal y estirando sus pequeños brazos hacia ella. Cada mañana era lo mismo, preparaba el desayuno y luego iba a despertar a su hijo. Lo tomo en brazos y camino a la cocina donde lo dejo sentado en una silla y sirvió la comida: tostadas con mermelada y chocolate caliente con mini malvaviscos.

—hoy volveré a trabajar, te quedaras con tus tíos ¿si?

—ja mamma.

—cariño, trata de decirlo en español.

—ja mamma.. eh.. si..

Recuerdan que su turno en la cafetería era de tarde, y que vendía al gobierno sus inventos por grandes sumas de dinero? Pues eso se había acabado con el paso de los años y su jornada en la cafetería se termino por prolongar a todo el día. Cuando Paúl y Patrick trajeron a Caym, se tomo sus semanas de vacaciones para convivir con el pequeño. 

Polaco y holandés encontraron un lugar para ellos, claro que las primeras semanas se la pasaron de aquí para allá mientras Torny "aprendía" a ser mamá. Aunque al final los tres quedaron contentos con el recibimiento que el pequeño le dio a la noruega, de hecho, vez que puede la abraza y le dice lo mucho que la quiere. La química es plenamente palpable entre madre e hijo.

Tomaron un auto para ir a la casa de los ex soldados, la mujer cantaba melodías para el niño y le hablaba de las cosas bonitas que tenia la ciudad mientras este miraba atento los edificios a la vista. Se bajaron en una esquina y caminaron un par de cuadras hasta llegar a una casa de amplio jardín. Patrick los recibió, minutos después Torny se fue a la cafetería. Allí se encontró con Amy y Kate, intercambiaron palabras y pronto estaba trabajando de nuevo, la británica pelirroja ya no actuaba en defensiva y según Amy le explico, saber que tenia un hijo le daba toda la seguridad que necesitaba. Aquel día, en el periodo de almuerzo, la jefa les dijo a todos que los que pudieran se quedaran después de cerrar pues tenia un anuncio que hacerles.

—¿qué crees que nos dirá?—. Cuestionaba Amy a la noruega.

—ni idea—. Le respondió. —alguna fecha importante?

—ummh... el aniversario de la inauguración, si no me equivoco.

Sus ideas no estaban muy alejadas de la realidad. Después de que Torny bajara del escenario y cerraran el local, todos los empleados de la cafetería se encontraban reunidos, en espera de que la señora Sweet diera su anuncio. Este consistió en la idea de hacer una fiesta de disfraces para celebrar los poco mas de 12 años que cumpliría el local. Si bien, al principio no todos parecían estar muy entusiasmados con llevar a cabo una celebración como esa, el premio para los mejores disfraces definitivamente los convenció; vamos... quien no quiere un aumento en su sueldo.

—la gracia de esto es que traigan acompañante—. Hablo la mujer observando a sus trabajadores. —pueden acompañarse entre ustedes si lo desean pero lo ideal es que hagan combinar atuendos. Aparte de todo eso, sera una fiesta con música, comida y bebida, pero no demasiada. Me encargare de todo, ustedes solo preocúpense de buscar disfraces para dentro de dos semanas mis muchachos. Doy por finalizada la reunión, pueden irse.

Con el permiso dado, todos fueron yéndose a sus casas.

—Torny.

—¿qué pasa Amy?

—vas a ir con alguien?

—no lo sé, tal vez lleve a Caym ¿y tú?

—uh... no conozco a nadie..

La de cuernos lo pensó un momento.

—tengo una idea, se quien te puede acompañar. Tú espera mi llamada.

Juntas se dirigieron a sus respectivas casas, Torny tendría la cena lista para cuando sus amigos trajeran al niño. Y dicho y hecho, se encontró a Patrick cuando abrió la puerta.

—ah, Pat, viniste tú—. Dijo alegre recibiendo en sus brazos al pequeño Caym, que la abrazo diciendo que la extraño mucho.

—si, Paul estaba algo cansado—. Respondió el mas alto entrando a la casa a invitación de ella.

—claro, el se la pasa con este pequeñín—. Sonrió al hacer cosquillas a su hijo que se rió tiernamente. —tengo la cena hecha ¿quieres comer?

—no, gracias, ya comeré con Paul.

—oh bueno—. Dejo a Caym en el suelo para que fuera a lavarse las manos. —por cierto... te quiero pedir un favor.

—un favor?

—si.. dime ¿te gustan los disfraces?

♡ Una Mujer -tomtord- ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora