♡ Una Mujer -tomtord- ♡

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El silencio en el pasillo se volvía algo estresante para Tom. Edd lo miraba esperando una respuesta, una que fuera realmente convincente. Pero... ¿cómo hacer convincente el hecho de que el chico al que creían muerto se había transformado en mujer?

—estoy esperando.

—no me creerías si te lo dijera.

—he visto muchas cosas, creo que me puedes explicar que es eso de Tord y "Torny".

Claro que podía, pero no tenia intención alguna de que Edd se relacionara otra vez con la noruega. Aunque el castaño se veía algo molesto, eso podría expresar que ni en sus sueños quería ver a la chica que en el pasado era chico. Podía sustentarse en eso para que no le pesara la conciencia de su rencor.

—esta bien, Edd.. te explicare, pero mañana.

—no dormiré si no me dices ahora, lo sabes bien.

—es muy tarde.

—nunca es tarde para revelar estos detalles importantes.

¿Importante? Oh no, eso no le gustaba para nada al de cuencas. —no es importante, si me lo preguntas—. Murmuro finalmente, cerrando con llave su departamento y encaminándose al de Edd que lo dejo entrar sin dilema. Ya se había resignado a que su amigo era de corazón blando.

—lo es si te afecta.

—afectarme?—. No, eso jamas. Mientras durmiera por las noches sin la sola señal de insomnio, todo estaría bien. Aunque Edd no pensaba lo mismo y se lo hizo saber al echarle en cara que parecía zombie cuando lo vio aparecer por el ascensor, siendo esto ultimo innegablemente cierto. El misterio era el porque, sabia que después de la conversación con Torny quedo en una especie de estado inconsciente, pero no sabia que parte del palabrerio le había dejado así. Y fue mientras le contaba todo al dibujante que se dio cuenta, al revelar que la de cuernos lo comparo con su ex pareja, que eso fue como una astilla en su dedo pulgar.

—¿por qué me comparo con esa chica?—. Murmuro por lo bajo, aunque Edd de igual forma lo escucho.

—oh.. yo sé por qué...—. Le dijo medianamente burlesco, logrando que el de cuencas saliera de su trance.

—¿cómo dices?

—que yo se por qué te comparo con su ex, hice de psicólogo durante nuestra adolescencia, ¿recuerdas?

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A pies descalzos, la noruega daba pasos suaves de la sala a la cocina y de la cocina a la sala. No podía dormir, para nada. En menos de doce horas, Paúl y Patrick llegarían con su hijo. Estaba nerviosa y algo asustada, sin contar el hecho de que recordaba una y otra vez cada cosa por la que paso años anteriores. No podía decir que su vida fue mala, pero tampoco buena. Tomo tanto buenas como malas decisiones y sabia que de una u otra forma pagaría las consecuencias de todo eso.

No tenia problema con pagar por sus acciones, pero ahora tendrá un hijo y lo que le pase a ella le afectaría al pequeño. No podía permitir que algo le pasara a ese niño, a su hijo.

Cuando menos se dio cuenta, termino dormida en el sofá. De allí en adelante, logro descansar hasta que despertó como a las once de la mañana, once y media para ser exactos. Se estiro un poco al levantarse y fue a bañarse, ya vestida comenzó a preparar café y tostadas con tocino. Se estaba sentando a comer cuando el sonido del timbre paso por sus oídos. El momento había llegado.

Rápidamente, fue a la puerta para abrir, deteniéndose poco antes de tocar la perilla. Respiro profundo, tratando de calmar su corazón acelerado. Finalmente abrió con lentitud, haciendo rechinar un poco la puerta. Como esperaba, eran Paúl y Patrick, con un pequeño niño en brazos.

Su hijo.