Sr. Lombardi. [COMPLETA]

Capítulo 15 ✔️ [Corregido]

Prométeme que siempre recordarás que eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que aparentas y más inteligente de lo que piensas.

A. A. Milne - Winnie Pooh

Tiemblo de pies a cabeza, Marcus empezó a repartir besos por mi clavícula y eso no hace más que intensificar el temblor de mi cuerpo.

Sus manos se mueven hasta la parte de atrás del sujetador y lo desabrocha en un rápido movimiento, deja de besarme el cuello y me mira a los ojos, sé que está pidiéndome permiso para quitarlo y yo se lo otorgo, asintiendo con la cabeza.

Lo quita despacio, al terminar de sacarlo por mis brazos, no ha despegado sus ojos de los míos, de a poco baja la mirada y cuando se concentra en mi torso desnudo, una corriente me recorre entera.

—Eres mejor de lo que imaginé. —Tengo la necesidad de cubrirme con mis manos, pero por alguna razón, mis brazos permanecen inmóviles a mis costados.

Marcus no me deja reaccionar bien, cuando se lleva un pezón a la boca. Abro la boca y grito sorprendida. Chupa, lame y succiona de una manera bestial. A este paso me dejará sin seno.

Me aferro a su espalda, a su cuello, a su cabello, a todo él, para controlar el torbellino de emociones que recorren mi cuerpo.

Marcus no tiene piedad y me sigue torturando los senos, yo no he parado de jadear en ningún momento, parece que no sé hacer otra cosa que no sea eso. Cuando cree que ya es suficiente atención, se dirige hasta el otro pezón y empieza con su tortura.

Me sorprende levantando su mano izquierda sin dejar de encargarse de mi pezón izquierdo y aprovecha mi sorpresa para introducir dos de sus dedos en mi boca.

Sorprendida, me quedo estática unos segundos hasta que tímida comienzo a chupar sus dedos sin saber si lo estoy haciendo bien. Marcus gruñe en mi seno y levanta su cabeza para comenzar a verme a succionar sus dedos, sus ojos están completamente dilatados y su entrepierna vibra contra mi feminidad.

—Preciosa. —Es lo único que dice antes de sacar sus dedos de mi boca y besarme como si no hubiera un mañana.

Se da vuelta dejándome a mí acostada sobre la cama y él arrodillado con mis piernas a ambos lados. Estoy completamente a su merced y él sigue muy vestido todavía.

Llevo mis manos hacia los botones de su camisa, él no me detiene. Con dedos torpes, desabrocho cada uno de los botones sintiéndome poderosa. Marcus termina el proceso y saca la camisa por sus brazos sin ser sutil al hacerlo.

Ahora ambos tenemos el torso desnudo. Vuelve a besarme y con sus dedos comienza a bajarme el short de la pijama. En ese momento viene a mi mente la pregunta de si estoy rasurada ahí. Echo cabeza y aunque no me rasuré hoy, lo hice hace dos días. No debería estar impresentable.