Capítulo 24✔️ [Corregido]

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Porque te amo mas de lo que puedo expresar.
Si pudiera decírtelo, te lo haría saber.

W. H. Auden. - Si Pudiera Decirte.

Hoy es oficialmente día de brujas

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Hoy es oficialmente día de brujas. Como cada año, es tradición disfrazarnos en el trabajo.

Yo he decidido disfrazarme de la monja.

Mi madre me insistió en que me disfrazara de Harley Quinn, pero digamos que no pienso ponerme un short para venir a trabajar. Así que he rentado el disfraz de la monja y me gusta como me veo.

Quien me vea, no me reconocerá, estoy totalmente terrorífica. La túnica me llega unos dedos por encima de mi tobillo y mi cara no puede estar más blanca. De verdad asustaré a todo el mundo con mi disfraz.

Satisfecha con el reflejo que me devuelve mi espejo, salgo de mi piso con mi mochila a cuesta. En esta llevo una muda de ropa normal, hoy pasaré la noche en casa de mi madre, es tradición reunirnos las tres en la casa de alguna y hacer cualquier cosa. Este año toca en casa de mi madre.

Bajo del bus, feliz de cómo las personas me miran, sé que mi disfraz es muy bueno y realista.

Camino las cuadras que me separan de mi trabajo, me ha tocado enseñarle mi tarjeta a Erick, el portero, porque no me ha creído que soy yo. Río a carcajada limpia en todo el trayecto restante hasta el restaurante.

Cuando entro, Esteban está disfrazado de Flash, y he de admitir que el disfraz le queda como un guante. Es flaco, alto y sin músculos, el disfraz perfecto.

Clara, por su parte, está disfrazada de una hermosa catrina. El maquillaje tan delicado que se ha hecho, la hace ver como una catrina de porcelana y la diadema de flores que lleva sobre su espeso, ondulado y negra cabellera, la hace más hermosa aún.

Ahora que la veo a ella tan femenina y delicada, me siento como un monstruo.

—Le has atinado al clavo, mujer. —Clara aplaude dramáticamente cuando depara su mirada en mí. Río.

—Lo mismo puedo decir de ti, estás deslumbrante. Hoy de seguro te consigues un novio —bromeo, Clara ríe feliz.

—Lo mismo le he dicho yo. —Esteban es quien habla ahora y por el ligero sonrojo de Clara, sospecho que estos dos se traen algo entre manos.

Los dejo diciendo tonterías y camino hasta la cocina donde un Orlando disfrazado de ¿Ratón? Ya está cocinando.

—¿Qué clase de disfraz es ese? —pregunto confundida. Orlando me mira de pies a cabeza y niega.

—El tuyo está peor, solo a ti se te ocurre disfrazarte de la monja cuando trabajas con niños. —Ladeo la cabeza, tiene razón. Pero es día de brujas, él es un ratón.

Sr. Lombardi. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora