Capítulo 16 ✔️ [Corregido]

11.4K 868 110
                                    

El verdadero valor está en enfrentar el peligro cuando tienes miedo.

El Frank Baum - El Mago de Oz.

Después de la manera tan espectacular en la que Marcus, me despertó ayer, pasamos un día increíble

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de la manera tan espectacular en la que Marcus, me despertó ayer, pasamos un día increíble. Hicimos el desayuno juntos, el almuerzo y de postre, hicimos una torta —o bueno, un buen intento—.

Por fin he encontrado algo en lo que Marcus no es experto, en la repostería. Sin embargo, para ninguno de los dos saber nada y haber visto un solo vídeo de YouTube, quedó bien. Era tarta de zanahoria. No quedó tan esponjosa, pero por lo menos tenía buen sabor y nos divertimos mucho haciéndola.

Lo malo de la historia, es que Marcus, tuvo que viajar hoy a primera hora, por lo que ahora estoy volviéndome loca escuchando a mi madre y a mi abuela, ni siquiera he prestado verdadera atención para saber de qué es lo que están hablando, solo finjo escucharlas asintiendo de vez en cuando.

Estamos sentadas en una de las tantas mesas del cine, les he contado que unos compañeros de trabajo me han invitado al cine y han insistido en que viniera.

Ellas no se invitaron, yo lo hice. Las he tenido descuidadas últimamente, les pregunté a Esteban y Clara, en si había algún problema si nos acompañaban y no han tenido problema alguno, por eso los estamos esperando. Les he comprado ya un helado a cada una y hasta yo me he comido uno de Mcdonald's.

—¿Has vuelto a ver a Marcus? —Eso sí capta mi atención. Miro atentamente a mi madre. No quiero mentirle, por lo que pienso muy bien en mi respuesta.

—Sí, casualmente hoy ha vuelto a Italia. Tenía cosas que atender allí. —Estoy satisfecha con mi respuesta, solo espero que no quiera averiguar más.

—Viaja mucho, el pobre. —Asiento concordando con ella—. ¿Ya formalizaron las cosas? —Era demasiado pedir que no averiguara más.

—No hay nada que formalizar, mamá —sentencio, me remuevo en el asiento incómoda. Si mi madre y mi abuela supieran lo que pasó anteanoche y ayer en la mañana, les daría un patatús.

—Rose, no te hemos criado para que andes del timbo al tambo con un hombre con el que no tienes una relación estable. —Y ahí está el inicio del sermón.

Ya tengo edad suficiente para decidir qué hacer con mi vida y con quién andar del timbo al tambo —como ella dice—, pero claro, no puedo decirle eso.

—Mamá, no tienes nada de lo que preocuparte, cuando considere que lo que tengo con Marcus, deja de ser una amistad para ser otra cosa, ustedes serán las primeras en enterarse, pero por ahora, solo disfrutamos del rato juntos, como amigos. —Hago énfasis en las últimas dos palabras. Mi madre asiente poco convencida. Sin embargo, no vuelve a mencionar nada más.

—¿Qué película es la que veremos? —Mi abuela es quien hace la pregunta, aligerando al instante el ambiente tenso que había empezado a formarse.

Sr. Lombardi. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora