Capítulo 38 ✔️ [Corregido]

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Siempre habrá labios que digan una cosa, mientras el corazón piensa otra.

-El Conde de Montecristo.

Han pasado ya cinco días y desde entonces Ian no ha parado de salir y llegar tarde, ya dos días he tenido que coger taxi para volver del trabajo a casa y eso ya me tiene hasta el tope, sin embargo, decidí volverme como dice Clara: Valemadrista, ya...

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Han pasado ya cinco días y desde entonces Ian no ha parado de salir y llegar tarde, ya dos días he tenido que coger taxi para volver del trabajo a casa y eso ya me tiene hasta el tope, sin embargo, decidí volverme como dice Clara: Valemadrista, ya no me importa si Ian viene o si va, de hecho, estoy considerando volver arrendar mi antiguo cuatro por cuatro y dejar lo que sea que tengo con Ian.

Me estoy haciendo daño y no pienso volver a decaer como lo hice cuando Marcus se fue, por lo menos Marcus se fue de golpe, Ian lo está haciendo de a poco y eso me está doliendo mucho más.

Decidí que mañana como no tengo trabajo, iré a hablar con el Sr. Luis, para que vuelva arrendar mi antiguo piso, dudo mucho que ya esté ocupado por otra persona, son muy económicos, pero a la gente suele gustarle algo más céntrico y ese es más alejado del bullicio de la ciudad.

En fin, espero que me vaya bien. Hoy quedé con Maximus en trabajar el turno de camarera, para poder asistir en la noche a la inauguración de la pizzería nueva, Maximus no se opuso en lo absoluto y hasta quedó en ir con nosotros.

Termino de atender a una familia con muchos niños y agradezco cuando se marchan, no me malinterpretéis, pero esos niños eran insoportables. Llego hasta Clara, que me sonríe, le devuelvo la sonrisa y retomamos nuestra platica sobre su casa y que aún no ha puesto nada de navidad. Quedé con ella en que el domingo la ayudaría, aceptó encantada.

—Debemos darnos prisa, ya nochebuena es el siguiente martes —comenta emocionada.

No le puedo devolver la misma emoción que ella, puesto que recordar que decoré el piso con mucho amor y ahora no podré disfrutarlo, me lastima.

Ian♡

14:21hrs: Preciosa.

Por instinto —o por masoquismo, ya no lo sé—, sonrío al leer el mensaje de Ian, le respondo con la misma palabra, pero en vez de la a, una o. Mi respiración se vuelve irregular de solo leer arriba: Escribiendo.

Ian♡

14:22hrs: Muero por verte, paso por ti en un rato y te llevo a comer.

El condenado sabe como alegrarme, alimentándome, ja. Muy astuto el listillo.

Yo

14:22hrs: Yo muero más rápido. Vale, te espero.

No espero respuesta y guardo el teléfono cuando una pareja mayor entra y toma asiento.

Hoy Esteban, no ha podido venir y ese es otro motivo por el que le ha caído como anillo al dedo a Maximus, mi petición de ser camarera por hoy.

Sr. Lombardi. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora