Todo tiene un final feliz,
así qué, si un día llega un final que no es feliz...Recuerden que ese no es el final.
-Cowell Academy.
Odio los lunes, definitivamente es un día tan pésimo que ni siquiera debería existir.
Apago la ruidosa alarma y me acurruco más contra el cuerpo de Ian. Sí, volvió a pasar la noche conmigo y eso ya es un récord, es la primera vez que paso tres noches seguida con un hombre. Ian me recibe gustoso y ronronea algo ininteligible contra mi cabello.
Cuento hasta cien para no volver a dormirme y me levanto con toda la pereza posible. Entro al baño y en el camino tropiezo con más de una prenda de ropa de alguno de los dos, en estos momentos me encuentro como Dios me trajo al mundo y el hombre que yace en mi cama, también está igual.
Me miro al espejo y no me reconozco, mis mejillas están sonrojadas y mi cabello es todo una maraña, durante el fin de semana tuve más sexo que todo el que tuve con Marcus. Ian no se cansa y yo no puedo decirle que no a semejante bombón.
Lavo mis dientes, mientras abro la ducha para que vaya calentando el agua. Termino y me introduzco bajo el chorro calentito.
Cierro los ojos mientras el agua recorre todo mi cuerpo, no me sorprendo cuando Ian, apoya sus manos en mis caderas y besa mi cuello repetidamente, al contrario, suspiro de placer. Me he acostumbrado ya a su tacto.
—¿Pensabas ducharte sin mi? —No me deja responder, porque su boca se apodera de la mía.
Nos besamos como si el mundo estuviera apunto de acabarse, Ian ahueca mi trasero y yo entiendo el mensaje, doy un saltito y él me aúpa, jadeo cuando siento su dureza golpear mi feminidad, muerde suavemente mi cuello al mismo tiempo que entra en mí.
Me apoya contra la pared de la ducha y me toca colocar mis manos en sus hombros para poder mantener mi equilibrio. Comenzamos a movernos al compás, él me sube y yo me dejo caer suave, pero firme.
Acelero mis movimientos cuando ya siento todo mi cuerpo vibrar, Ian también acelera los suyos y al cabo de unos segundos, llegamos al mismo tiempo a un orgasmo descomunal.
Coloco la cabeza sobre su hombro y él besa el medio de mis senos, esperamos que nuestras respiraciones se normalicen, sale de mi interior y me coloca en el suelo. Entre risas y besos juguetones nos duchamos como lo hemos hecho desde el sábado.
***
—Me quiero ir —me quejo, llegando hasta Clara, me mira y ríe.
—Aún te falta el otro turno —me recuerda, hiriendo mis esperanzas. Bufo. Después de salir de la ducha con Ian, nos vestimos y cómo no nos iba a dar tiempo para hacer algo de comida, paramos en una tienda y compramos unas tortillas francesas con pan y Coca-Cola, claro.
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Sr. Lombardi. [COMPLETA]
RomanceLa vida de Rose da un giro de 180 grados con la llegada de un solo hombre. ¿Su nombre? Marcus Lombardi. Apuesto, Seductor, Maduro, ¡MUY MADURO! Por supuesto que la edad no es problema. ¡Con semejante hombre ¿quién piensa en la edad?! Exacto, nadie...