Capítulo 37 ✔️ [Corregido]

7.6K 633 74
                                    

En cuestión de cultura y de saber ,
solo se pierde lo que se guarda,
solo se gana lo que se da.


Antonio Machado.

Cuando me levanto en la mañana, Ian no se encuentra a mi lado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando me levanto en la mañana, Ian no se encuentra a mi lado. Un poco decepcionada por eso, suspiro y salgo a la cocina, muero de sed.

Me encuentro con Ian, acostado en el sofá, aún con los zapatos puestos.

¿A qué hora habrá llegado?

Prefiero no despertarlo y dejarlo descansar, aunque una parte de mí quiere despertarlo y pedirle que se acueste en la cama, dudo mucho que en la posición en que se encuentra esté cómodo.

Sin embargo, prefiero seguir mi camino a la cocina, me sirvo un vaso de agua y pienso unos segundos qué preparar de desayuno, ahora mi despensa se encuentra tan llena de comida que me es difícil decidirme.

Decido hacer hot cakes. Vuelvo a la habitación por mi teléfono y mis auriculares y preparo el desayuno mientras muevo mis caderas al ritmo de Ed Sheeran...

" And darling I will be loving you 'til we're 70

And baby my heart could still fall as hard at 23

And I'm thinking 'bout how people fall in love in mysterious ways" —canto feliz, utilizando el batidor como micrófono, la risa de Ian, me saca de mi burbuja de cantante famosa y enseguida mis mejillas se calientan. No quiero dar vuelta, si lo veo, podría morir de vergüenza.

—Sigue, por favor —pide Ian, llegando a mi lado, intento seguir batiendo, pero de pronto he olvidado cómo se hace y me quedo estática, sí, soy una estúpida—. Me encanta tu voz —confiesa y pues, el calor en mis mejillas se vuelve más intenso, si dice algo más, mi cara arderá en llamas.

»—Y me encanta como cantas. —Listo, esas palabras fueron suficientes, ahora soy Nicolas Cage en Espíritu de Venganza, ¡Oh, sí!

Ian nota mi incomodidad y estupefacción, por lo que me arrebata el bol, el batidor y continúa batiendo, agradezco eso y me apresuro a salir de allí. Huyo hasta el refrigerador, me sirvo un gran vaso de zumo de naranja y me lo bebo en un solo trago.

Ian comienza a hacer los hot cakes y yo decido ayudarle, ninguno vuelve a decir algo de mi momento bochornoso de hace un rato, preparamos el desayuno entre risas y manoseos sanos.

Acomodo la mesa mientras Ian, sirve el jugo en los vasos, es tan perfecto que decido olvidar lo de anoche, cuando él se sienta cómodo supongo que me contará qué es lo que sucede.

—Sobre lo de anoche, me gustaría disculparme. —¡Y gualá! estamos a mitad del desayuno e Ian, ha decidido hablar. Levanto la mirada del plato y lo miro con una sonrisa para darle a ver que no fue nada y restarle importancia al asunto, pero la verdad, sí me gustaría que me contará qué sucede.

Sr. Lombardi. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora