Capítulo 42 ✔️ [Corregido]

7.5K 627 59
                                    

La vida no se mide en minutos, se mide en momentos.

-El curioso caso de Benjamin Button

-El curioso caso de Benjamin Button

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

4 meses después. 

Estoy que me arranco hebra por hebra de cabello. Tengo el último mes estudiando día, tarde y noche, y aún así, siento que me falta seguir estudiando y ya no tengo tiempo.

Dentro de solo siete horas me toca presentar mi proyecto de grado para ser oficialmente una licenciada en Contaduría. Y sí, aunque ya son las 03:00 hrs, debería de estar durmiendo y no matándome el cerebro, pero no puedo. Los nervios no me dejan pegar un ojo.

Ian ya se ha dado por vencido, él duerme plácidamente en la cama, lo observo y lo admiro, ese pobre hombre me ha aguantado todos mis berrinches y pataletas que le he dado estas últimas semanas, ha aprendido tan bien que ya cuando empiezo con mi típica frase: Esto es horrible, se esconde.

Sí, de veras, se desaparece del piso, mis mujeres favoritas, dicen que parece más pareja de ellas que mío, ya que vive en la casa de ellas cuando yo me pongo insoportable. Repito: Pobre Hombre.

Por otro lado, en estos cuatro meses he compartido mucho con mi nueva familia. Josegreys está de viaje junto a Ryan, quien le propuso matrimonio hace una semana y media atrás, y se la llevó de viaje al decir que sí. Eso fue hermoso.

Clara y Esteban ya están viviendo juntos y mis mujeres favoritas abrieron su propia tienda de estética, deben verlas ahora, se la pasan de punta en blanco, nunca me acostumbré a verlas tan arregladas o maquilladas y reconozco que se ven preciosas, relucientes y jóvenes.

Yo en cambio, me veo cada vez más demacrada. Las ojeras que adornan mi rostro no quieren irse y me la paso con una sudadera de Ian todo el día, mi cabello lo retoque ayer solo porque en unas horas debo estar presentable.

Decido que ya es hora de dormir, cierro el libro que estaba leyendo y camino hasta la cama. Me cubro con la sábana y abrazo a Ian, aspiro su aroma y recuerdo que ya desde hace cinco días que no tenemos sexo.

Muevo mi mano hasta su amiguito y no me decepciono al ver que está empalmado, sonrío y meto mi mano por dentro de su boxer, lo cojo y acaricio despacio, siento ya mi feminidad húmeda de solo desearlo.

Saco la mano de nuevo y me subo sobre él, muevo mi cachetero a un lado y voy bajando de a poco, cuando ya lo tengo todo adentro, decido que es hora de despertarlo, no quiero que sea una violación o algo así. Subo y bajo rápido y cuando voy a besar esa linda boca que tiene, Ian aprieta mis caderas con fuerza y gruñe antes de besarme él a mí con pasión y desespero.

Ian aumenta aún más el ritmo, moviendo mis caderas más deprisa, me dejo hacer y jadeo en su boca. De un momento a otro me da vuelta y ahora él está sobre mí, los jadeos se convierten en gritos de placer.

Sr. Lombardi. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora