Capítulo 33 ✔️ [Corregido]

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Si te preguntan por qué fue que regresamos, diles que fue porque extrañábamos el infierno que se desata entre tu piel y mi piel.

Ya mi semana de descanso-tortura, terminó y os confieso que me estoy volviendo loca, ya hasta creo que se me está cayendo el cabello, de verdad, no es broma

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Ya mi semana de descanso-tortura, terminó y os confieso que me estoy volviendo loca, ya hasta creo que se me está cayendo el cabello, de verdad, no es broma.

Entre la universidad, el trabajo y el periodo que no me viene, me estoy desesperando.

Lo último es lo que más me tiene preocupada, ya estoy en control, ya estoy tomando la píldora desde mucho antes de empezar a tener relaciones con Ian —en realidad empecé a tomarlas la semana en la que Marcus se fue, y no dejé de hacerlo ni siquiera sé porqué—, pero ahora me tiene más que preocupada el hecho de que esté desaparecida en acción.

No he querido decirle a Ian nada, porque tampoco me siento embarazada. Uno debe sentir cosas, ¿cierto? Y yo no siento nada. Ni mareos ni vómitos, ni nada.

En estos días sí estuve vomitando un poco, pero supusimos que fue por una comida que me cayó mal, más nada. No puedo estar embarazada, no ahora que retomé los estudios y aunque no lo crean, me he adaptado bien.

Me ha ayudado mucho la ayuda de los muchachos, la de Ian y la de mis mujeres favoritas, que olvidé contarles, pero que están en proceso de mudanza con los señores que conocieron en la disco. ¿Los recuerdan?

Bueno, en fin, parece que para cuando empiece el año nuevo, las dos se mudarán a la casa de uno de ellos y vivirán los cuatro juntos.

¿Qué si me molesto? Bueno, no tanto. Más que molestar, me sorprendió, no pensé que llegaría el día en el que las vería hacer su vida con alguien. Siempre fuimos nosotras tres, pero supongo que ellas se lo merecen y de solo ver la sonrisa que se les planta en el rostro de tan solo mencionarlos, sé que las hacen felices.

Eso era lo que querían hablar conmigo aquel día en el café. Querían preguntarme si estaba de acuerdo. Obviamente no me negué. Se lo merecen todo, fueron mis palabras.

Hoy es 02 de diciembre, así que solo quedan ocho días más y adiós universidad, hasta el 06 de enero. Casi un mes libre. ¡Qué dicha la mía!

Me encuentro caminando por el pasillo de la universidad con mi bolso en el hombro y mi corazón en la mano, Ian me acaba de enviar un mensaje deseándome un buen día.

No lo he visto desde ayer muy temprano. Pasé todo el día con mis mujeres favoritas y él no sé qué haría. Me contó que pasó la mayoría del día en la piscina del hotel, confieso que eso me dio un tantito de celos.

Ese hombre está muy bueno como para estar en una piscina solito, nosotras las mujeres hoy en día somos más descaradas que los hombres. Ya me las imagino buceándose lo que solo yo me como, ja.

Le respondo con una carita enamorada y guardo el teléfono para entrar en mi siguiente clase.

Ya para las doce del día, no sé ni cuánto es dos más dos, el hambre no me deja razonar tranquila. Me levanté tarde hoy, por lo que no me dio tiempo de desayunar y en mi descanso me la pasé en la biblioteca aprendiendo aún más. Debí comprarme algo.

Sr. Lombardi. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora