My Love - Laliter (Lali y Peter)

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Comenzaba otro día más, y todo era igual en esa casa. Todos los días se habían transformado en una desagradable rutina, en la que no se podía evitar la discusión. Lali suspiró. Se preguntó en qué momento su vida se había convertido en eso tan horrendo. Dormía todas las noches con el hombre que amaba, pero después de su traición nada era lo mismo. Ahora era como dormir con el enemigo. Salvo que ella lo amaba, a pesar de todo.

“Todas las mañanas iguales
Peleando como animales
De la lucha libre y la guerra
Y esa vieja rutina que aterra”

Peter se levantó esquivando un poco a Lali. No quería discutir y hacerla pasar disgustos desde temprano. Él bien sabía que se había comportado como un tremendo idiota el día que había decidido cambiarla por alguien más. Desde ese día, si hablaban era solamente para discutir. Hacía casi un mes desde aquel suceso, y él comprendía que si Lali se había quedado era sólo por la pequeña Allegra, su hija de seis años. Si ella no estuviese, seguramente Lali ya se habría ido.

“Dos corazones dolidos
Una vida sin sentido
Y un triste silencio que crece
Está golpeando la puerta”

Peter, a pesar de su error, quería mucho a Lali. Sabía que la había engañado vilmente, por eso no lo soportó y tuvo que decírselo. Si hubiera mentido, seguramente todo seguiría igual. Pero Peter no podía mirarla a los ojos y ocultarle tamaña verdad. Él sentía que mintiéndole la lastimaba aún peor; eso es lo que era él, y no podía mentirle fingiendo ser el hombre perfecto cuando en realidad no era más que un idiota de mala bebida.

“Juro que nunca jamás
Quise lastimarte
Siempre que trato de estar
No estoy en ninguna parte”

Ocho años hacía que estaban juntos, y Lali siempre se había sentido una reina al lado de Peter. Él era bueno, dulce y romántico con ella, pero con el pasar de los años eso se fue terminando. Hubo un momento en el que la sorprendía con poemas y chocolates, pero un día Peter cambió esa pluma por un puñal, y se lo clavó bien fuerte por la espalda. Lali jamás se hubiera esperado que la cambiase por alguien más, ella no se consideraba una mala esposa. Sólo que, como todo lo que tocaba el tiempo, la relación se había desgastado. Pero Lali no creía que fuese para tanto.

“Ocho primaveras en vano
Todo es diferente
Hay que escribir
Con la pluma entre dientes
Cuchillo en la mano”

Mientras Peter se duchaba, en su mente, como un film, transcurría el recuerdo de cuando se habían conocido. Era su último año de colegio, la conocía a Lali de vista, ya que ella iba a un curso menos, pero nunca le había llamado demasiado la atención. Él sabía que las chicas de quinto andaban como locas detrás de él, pero no les daba importancia. Esa noche era su fiesta de egresados, y por supuesto concurrieron personas de todo el colegio. Cuando apenas había arrancado, Peter divisó a Lali, con un vestido rojo, cortito y ceñido al cuerpo que dejaba marcar sus curvas y su privilegiado físico. Peter se volvió loco, quería a esa mujer solamente para él, y no tener que compartirla con nadie. Bailaron y se besaron durante toda la noche, y ya de madrugada se fueron juntos y, luego de tener sexo, durmieron juntos. Desde ahí no se separaron nunca más.

“Y quiero enloquecerme de amor
Como esa noche que te vi
Y no dudé en acostarme con vos
Mi amor”

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