Nunca quise - Dakyter (Daky y Peter)

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Daky y Peter se conocieron desde pequeños. Casi de toda la vida, ya que vivían en casas linderas, y encima tenían la misma edad. Se llevaban maravillosamente bien, y compartían mucho tiempo juntos. Por las mañanas, iban juntos al colegio. Por la tarde, jugaban juntos en una casa o en la otra, y muchas noches hasta dormían juntos. Siempre bromeaban con que eran hermanos.

“Nunca quise tanto a nadie como vos
Por eso es que empiezo a dudar
Si seremos hermanos que nos separaron
Y nosotros sin saberlo nos volvimos a juntar”

Peter no tenía problema en jugar a hacerle la comida a las muñecas, y a Daky le encantaba jugar a la pelota con él y sus amigos, así que se complementaban perfecto. Él siempre la defendía cuando algún otro chico la expulsaba de los juegos sólo por ser mujer, y ella le agradecía dándole inocentes piquitos cuando los juegos terminaban.

“Tu sangre es roja, la mía también
Creo no me equivoco, algo tendremos que ver
Somos indios latinos con guitarra eléctrica
Y comunicados a través de internet”

Cuando llegaron a la pre adolescencia, se contaban secretos de los chicos/as que les gustaban. Habían elegido la orientación de humanidades sólo para continuar yendo juntos, compartían el grupo de amigos y comenzaron a ir a los primeros bailes.

Daky estaba enamorada, o eso creía, del mejor amigo de Peter; pero él sabía que era muy pirata y la cuidaba, alejándola cada vez más de ese chico. A Peter, mientras tanto, le robaba los suspiros la chica más rubia, más alta y más linda del curso. Daky pensaba que esa chica tendría muchos pretendientes y que seguramente desilusionaría a Peter, por lo que siempre que podía le hablaba mal de ella para intentar convencerlo de que no era el mejor partido.

“Para odiar hay que querer
Para destruir hay que hacer
Y estoy orgulloso de quererte romper
La cabeza contra la pared, sí”

A los catorce ambos dieron su primer beso; se lo dieron entre ellos aludiendo que seguramente sería espantoso y que no sabrían besar, entonces querían practicar para cuando las personas que realmente les gustaban se acercasen a ellos. Como ese primer beso fue raro para ambos, cada vez que se encontraban solos "practicaban", o al menos eso decían ellos. Primero probaron con los labios, después agregaron las lenguas. Pero claro que no se lo comentaban a nadie.

Cuando tuvieron dieciséis ya no podían negar lo que sentían. Estaban completamente enamorados el uno del otro, se espantaban mutuamente a todos los que se les acercaran, pero como tenían miedo de perder la amistad ninguno de los dos avanzaba. Los besos se los habían dejado de dar hacía rato, cuando justo el chico que le gustaba a Daky los había encontrado en una situación sospechosa.

“Y por todas esas cosas que tenemos en común
Hace tiempo ya marchaste de acá
Te cansaste de mí, yo me cansé de vos
Pero cuando nos miramos sabemos que no es verdad”

El día que se encontraban yendo a su viaje de egresados, Peter le contó a algunas de las chicas que en la fiesta de bienvenida que les harían en Bariloche él iba a declarársele a Daky. Todas se emocionaron, pues se notaba que el sentimiento era mutuo y le prometieron no decir nada.

La noche tan esperada llegó y Peter decidió tomar algunos tragos de alcohol, no muchos como para emborracharse y hacer el ridículo, pero sí algunos como para envalentonarse. Daky, mientras tanto, y totalmente ajena a la situación, bailaba con el mejor amigo de Peter, ese chico que tanto le había gustado hacía algunos años.

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