Vine hasta aquí - Danico (Daky y Nico)

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Las luces de la ruta lo encandilaban. Hacía demasiadas horas que Nico estaba manejando, y el sueño comenzaba a ganarle. Pero aun así, no quería detener su marcha. Era verano, al menos el clima lo acompañaba, y el rostro de la bella Daniela en su mente lo hacían seguir adelante.

La había conocido el verano anterior, vacacionando en Brasil. Ella era de un pueblito de Misiones; él del conurbano bonaerense. El campo y la ciudad, unidos por un mismo destino turístico. Ambos sabían que era una locura, pero pensaron que iba a ser un amor de verano, de esos que se recuerdan con nostalgia y una sonrisa en los labios. Pero hubo algo con lo que no contaban: El corazón siempre domina sobre la razón. Terminaron locamente enamorados y ese sentimiento perduró a pesar de la distancia.

"Vine hasta aquí
Para poder abrazarte y sentí
Que ya tus brazos se niegan a ir
Hacia los míos lentos"

Se escribían mensajes a todas horas, hacían video llamadas. Daky -como cariñosamente le decían- viajó unas cuatro o cinco veces a verlo y a revivir la pasión. Pero los mensajes se fueron espaciando, las llamadas fueron desapareciendo, y Daky hacía meses que no ponía un pie en suelo porteño. Nico empezó a preocuparse, estaba seguro de que había alguien más en su vida. No iba a dejarse ganar tan fácil, y fue así que partió rumbo al norte a intentar recuperarla.

"Hoy vine hasta aquí
Dejando atrás el sabor a ciudad
Y la amargura que intento cambiar
No sea mi alimento"

Ya había atravesado dos provincias y media, y tenía un buen tramo aún. Le faltaban unos cuantos kilómetros para llegar a Apóstoles, pero ya estaba en Misiones, ya se percibía la tierra colorada, el clima húmedo y el aroma a madera que tanto caracterizaba a esa provincia.

"Y lo mejor que me pudo pasar en el viaje
Fue mirar el paisaje y seguir
Fue mirar el paisaje y seguir"

Nico pensó que seguir manejando con el cansancio que traía a cuestas era imprudente, por lo que decidió parar unos instantes. Dejó el auto a unos metros de la banquina, sobre la tierra y bajó. Estiró las piernas, inhaló profundamente el aire puro y aún sin contaminar de la selva misionera. Miró el cielo estrellado, se dio cuenta de que ya estaba muy cerca. Decidió recostarse en el suelo mientras miraba todo el paisaje y pensaba en las maravillas que tenía el país para ofrecer y que estaban tan subestimadas. Se sentía dichoso de estar ahí, conociendo un paisaje tan bello.

"Tan tonto fui
Aquella tarde me hiciste dudar
Trabaste mi alma con tu frialdad
Amor, siguiendo al viento"

Unos minutos después continuó su viaje. No veía la hora de verla a Daky, pero a la vez manejó más despacio que en el resto del viaje, disfrutó de todo lo que la naturaleza le ofrecía allí, al alcance de su vista.

"Y el miedo a sufrir
Hoy me congela el rancho peor
Si hace frío, que venga el calor
Yo no quiero estar viejo"

Algunas horas más tarde, junto con el sol de la mañana, Nico llegó a Apóstoles. A la dirección que hace un tiempo atrás Daky le había dado para que le enviase una encomienda con un regalo de cumpleaños. Esta vez no era un presente lo que iba a recibir, sino la visita de Nico, ese pelilargo que le había robado el corazón hacía doce meses.

"Y lo mejor que me pudo pasar en el viaje
Fue mirar el paisaje y seguir
Fue mirar el paisaje y seguir"

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