Hoy les quiero contar una historia, que por supuesto, no es mía. Yo sólo soy la encargada de transcribir en palabras, querido lector, la historia de dos enamorados. Daniela y Gastón. Dos nombres comunes, de dos personas, también comunes, pero a las que el destino les jugó una mala pasada.
Esta historia ocurrió en los años 70 cuando Daniela debió exiliarse con su familia. Ella vivía en Argentina, y a su padre se lo acusaba de no pensar lo mismo (y exponerlo públicamente) que el gobierno militar que había en ese entonces.
Daniela era sólo una adolescente, pero con ideales bien claros. Era toda una revolucionaria a pesar de sus cortos dieciséis años. Ella tampoco estaba de acuerdo con la ideología de ultraderecha, ni con las cosas que se comentaban que pasaban. Por eso, cuando su padre anunció que se irían a España, a ella no le cayó mal la noticia. Iba a extrañar mucho su país de origen, pero el viejo continente le parecía una buena opción.
"Sentados en corro merendábamos besos y porros
Y las horas pasaban de prisa entre el humo y la risa
Te morías por volver con la frente marchita, cantaba Gardel
Y entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud
Ya llovió desde aquel chaparrón hasta hoy"Al tiempo de instalarse en Madrid, Daniela se puso un puesto en El Rastro, la famosa feria que sólo abría en Domingos y festividades. Allí exponía para vender artesanías con migas de pan, las cuales hacía con una vieja receta otorgada por su madre y heredada de su abuela.
"Iba cada Domingo a tu puesto del Rastro a comprarte
Carricoches de miga de pan, soldaditos de lata
Con agüita del mar andaluz quise yo enamorarte
Pero tú no querías más amor que el del Río de la Plata"Fue uno de esos Domingos en que conoció a Gastón. Era un madrileño de veinticuatro años que frecuentaba El Rastro, pero sólo porque le gustaba el ambiente bohemio, rara vez adquiría algo.
Ese día, curioso, se acercó a ver qué vendía Daniela.
- ¿Cuánto cuesta? -
- Veinticinco pesetas -
- Tú no eres española - afirmó Gas luego de escuchar ese peculiar acento
- No, soy argentina -
- ¿Y vives aquí? ¿O sólo estás en plan turista? -
- Sí, vivo acá... - hizo una pausa - ¿Vas a comprar? -
- ¿Qué? Ah, no... Veinticinco pesetas es demasiado por ese carricoche... ¿De qué está hecho? -
- De miga de pan - Gas largó una carcajada - De verdad -
- Si no puedo comerlo, tampoco voy a pagar por él - la que soltó una carcajada ahora fue Daky - ¿Quieres que almorcemos, te parece bien? -
- ¿Me estás invitando a comer? ¡Qué liberales son los hombres acá! -
- No todos - sonrió
- Ya cierro y vamos -
Gas llevó a Daky a comer a un típico bodegón español. Allí ella le comentó los verdaderos motivos por los cuales habían terminado en España. Gas quedó muy sorprendido con ella. No era una típica adolescente. Su espíritu revolucionario lo enamoró.
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One-Shots Casi Ángeles
Fiksi PenggemarLos invito a leer distintos cortos de mi autoría, los cuales son todos relacionados a la historia de dos personas que se aman. Las historias varían de unas a otras, y cuentan un poco las diversas situaciones que tienen que atravesar para poder estar...