Secuestrada

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Me quedé realmente de piedra.

—¿Eso es una amenaza?

Estaba claro que las preguntas obvias eran lo mío.

—No es una amenaza, es un aviso. Y un consejo: vigílate la espalda ―respondió la rubia.

No soy de odiar a la gente, pero le estaba cogiendo asco.

La chica entró en clase con su grupito de "seguidoras" detrás. Cuando iba a entrar, oí mi nombre y vi que Lisa venía hacia mí.

—¡Hey! —me saludó.

—Hola.

—¿Qué hacías hablando con Mia Hilton?

—¿Con quién?

—Con Mia, la rubia alta —dijo, como si lo tuviera que saber.

—Ah esa... Nada.

—¿No me digas que os habéis peleado? —dijo Lisa con los ojos como platos.

—Algo así.

—¡Mia es la chica más popular del instituto! No puedes mirarla, ni hablarle, ni tocarla. ¡Y menos llevarle la contraria!

—Seguro que no es para tanto.

Antes de que Lisa pudiera protestar entré en el aula. Nos sentamos en el último pupitre. Notaba la mirada de Mia desde el otro lado de la clase, pero me obligué a no mirarla. No iba a dejar que una idiota con la que me había topado me asustara y me intimidara, porque al fin y al cabo solo era una niña, ¿no?

Acabaron las clases de la mañana y me dirigí al comedor. En la mesa ya estaban sentados Thomas y Nora. Los saludé con una sonrisa y me senté.

—¿Cómo te ha ido tu primer día? —me preguntó Thomas.

—Se ha peleado con Mia Hilton —soltó Lisa.

—¡¿Qué?! —dijeron los dos a la vez.

—No es nada. Solo se ha enfadado porque me ha visto con ese chico, Paris. Creo que le gusta.

—Por supuesto que le gusta —dijo Nora—. Está loca por él desde hace dos años, pero él pasa de ella.

—Paris... —suspiró Lisa— Es el chico más guapo del colegio. ¿Y dices que habéis hablado? ¿Y cómo es? ¿Es simpático? ¿A qué es guapo? ¿Has podido hablar? ¿O te has quedado paralizada?

—Si me haces todas las preguntas a la vez no te puedo responder —la interrumpí—. Y tampoco es para tanto, nos sentamos juntos en clase de química y nada más.

Lisa siguió charlando sobre lo perfecto que era Paris mientras comíamos. Me acabé los espaguetis en cinco minutos, ya que estaba hambrienta porque aún no había comido nada.

Cuando acabamos salimos del comedor y fuimos todos juntos al jardín (teníamos media hora libre). Dimos un paseo y hablamos antes de que cada uno se fuera a clase.

***

Ya habían pasado cuatro días desde que llegué al internado y tuve el "incidente" con Mia. No tuve más roces con ella, lo único que hacía cuando me veía era sonreír de forma maliciosa, aunque no le daba mucha importancia. Con respecto a Paris, cada vez me llevaba mejor con él. La verdad es que era un buen chico.

Estábamos a viernes y eran las seis. Las clases ya habían terminado y me dirigí a la biblioteca para distraerme un poco.

Al llegar, busqué un libro cualquiera en las grandes y altas estanterías. Había tantos que no sabía cuál escoger, pero al final me decidí por La Odisea. Me senté en un puf y empecé a leer.

Academia OlímpicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora