Capítulo 31

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Narra Nissa

Suspiré aliviada y sonriendo al ver la escena frente a mi.

Decido irme y darles privacidad, les dije a los guerreros que se fueran, que el peligro ya había pasado.

—¿Mami?— Me di vuelta rápidamente.

—¿Tu que haces aquí?—

—Quería estar contigo y papá— Dijo, lo tomé del lomo.

—Hablaremos más tarde sobre esto— Dije.

Di dos pasos y siento algo clavarse en mi lomo.

—¡Ma... !— Caigo inconsciente junto con Kerr.

Narra Zack

—¡Ma... !—

—¿Oíste eso?— Pregunté mirando hacia atrás.

—Ay no— Dice ella y sale corriendo. Yo la sigo.

—¿Que pasa?—

—Los cazadores, ellos me seguían para atraparlos— Kara para frente a algo pequeño en el suelo —Ya es tarde... — Dijo.

—¿Qué? ¿De qué estás hablando?—

—Los cazadores tienen a Nissa y al cachorro— Dijo.

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Otra vez!— Gruñí y golpeé con mi cabeza un árbol el cual lo partí.

—Sé a donde se los están llevando, pero es lejos— Dijo —Vamos, si corremos ahora tal vez los consigamos alcanzar—

Salimos corriendo.

¿Por qué tiene que pasar esto de nuevo?

Narra Nissa

Abrí los ojos en el momento que el brusco movimiento hace que mi cuerpo se eleve y me golpee contra el techo de una jaula.

—Hm... ¿Dónde... estoy?— Dije mirándo mi alrededor. Junto a mi estaba Kerr.

Otra vez no...

Estoy en una jaula.

Comencé a golpearla tratando de abrirla.

—¿Mami?— Kerr se levanta —¿Q..Qué pasa?—

—Nene, tranquilo, estaremos bien—

Lo agarré del lomo y luego golpeé la jaula con todas mis fuerzas. Para algo tendría que servir la marca.

Logré romperla y abrila, pero caímos en una bajada que nos dejó directamente en el río. Logré agarrar de nuevo a Kerr y nadé hasta la superficie.

—¿Estás bien?— Le pregunte.

—Si— Responde —¿Dónde estamos?—

—No lo sé— Dije al mirar a todos lados. No tenía idea de donde estaba y eso que yo conocía todo mi bosque.

—Vamos, tenemos que empezar a caminar— Dije.

Unos disparos.

Agarré a Kerr rápidamente y comencé a correr. Solo que dos balas me rozaron el cuello y el costado. Pero seguí.

Logré alejarnos de los cazadores y refugiarnos en el bosque. Lo solté en el suelo y respiré normalmente.

—Mami, tengo miedo—

—Tranquilo nene, no te se pares y estaremos bien—

Caminamos y yo me aseguraba que Kerr estuviera siguiéndome.

Atrapé un conejo y dejé que él comiera.

Era un largo recorrido hasta casa. Pero necesitaba hacerlo, necesitaba pasarlo, por Kerr...

Comenzó a llover así que con Kerr nos refugiamos en una cueva cerca de aquí que encontramos, donde los murciélagos salieron volando asustando a Kerr.

—Tranquilo Kerr, solo son unos murciélagos— Dije, entré en la cueva y sacudí mi pelaje para quitarme lo mojado, Kerr hace lo mismo.

—¿Cuándo papá nos encontrará?—

—No lo sé, pero si no lo hace, nosotros lo encontraremos a él— Dije y lo rodeé con mi cuerpo, cerré mis ojos y me dormí.

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