Capítulo 32

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Tres días.

Tres días caminando sin rumbo, comiendo solo conejos o pájaros, porque eso era lo único que aparecía, aunque... solo los comía Kerr.

Yo moría de hambre, estaba cansada, y deshidratada. Mis patas tiemblan y mi cuerpo pesa.

Pero seguía.

Poco a poco fui ubicándome en donde estaba. Pero sabía que estaba lejos aún. Nos tardaríamos por lo menos dos días en volver a casa.

—Mami ¿Cuánto falta?— Dice Kerr.

—Ya llegaremos... ya... casi... —

Caí un momento al suelo.

—¡Mamá!—

Respiré agitada y me levanté con mucho esfuerzo.

—Estoy bien— Dije y lo agarré por el lomo para colocarlo en mi espalda y así no perderlo de vista —Descansa un poco—

Seguí caminando, día y noche. Logré cazar un conejo más para Kerr, quién intentó dármelo para que yo lo comiera pero me negué, él era más importante.

Y seguí caminando...

***

***

Estaba que se me notaban los huesos, no había comido nada. Cada vez estaba más débil. No podía casi caminar derecho.

Por un momento pensé en rendirme pero... recordé que Kerr seguía aquí... que él tenía que llegar a casa sano y salvo a como de lugar.

Me mantuve en pie hasta el último segundo, o hasta ver dos lobos corriendo hacia nosotros.

—¡Nissa! ¡Kerr!—

Zack...

—¡Papá!—

Kerr sale corriendo hacia él y Zack lo abraza. Pero luego me ve y su rostro se defigura.

—Nissa... — Hace que me apoye en él y luego me sube a su lomo —Descansa... hiciste mucho esfuerzo—

Kara me miraba con culpa y pena a la vez.

—Protejelos— Le dije, ella asiente.

Cerré mis ojos y por fin, después de tanto tiempo, pude descansar sin preocuparme de que algo le sucediera a Kerr...

***

***

—¿Estás mejor?— Zack entra con tres conejos en la boca, me los deja en frente y yo los comí.

—Si... gracias– Dije aliviada de estar en casa.

—¿Cómo escaparon?— Preguntó.

—Rompí la jaula y caímos al río que estaba por ahí, ellos no se habían dado cuenta hasta que nos vieron y dispararon, y fue ahí cuando corrí a cualquier lado perdiendonos en el bosque— Dije.

—Eso lo explica, nosotros seguimos la ruta y solo encontramos la jaula rota, pero más nada. Creímos que volvieron rápido pero no fue así—

—¿Kara cómo está?—

—Bien, volvió a ser como mi hermana mayor de antes— Dijo.

—Me alegro—

—¿Cómo no te rendiste Nissa? Cruzaste un bosque desconocido, peligroso y sin comida—

—Recordé que Kerr seguía conmigo y me seguía los pasos, no quería que el se rindiera si yo lo hacía— Dije.

—Eres una madre excelente pero, debías haber guardado algo de comida para ti— Dijo preocupado.

—Prefería que Kerr coma, no quería que tuviera hambre—

—Aún así, debiste comer algo—

Se acostó a mi lado y me lamió la cabeza. Luego ambos dormimos juntos.

Hm... es bueno haber vuelto a casa...

NISSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora