12

909 112 211
                                    

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

Lunes por la mañana, un lindo día para no hacer nada, pero no en esta historia.

Nuestro querido Alfred, se encontraba archivando documentos, como todo buen niño responsable que es.

Todo bien, hasta que llegó cierto chico de ojos verdes y cabello turquesa.

Hola~ — saludó con cierta galantería, apoyándose en el escritorio del azabache.

Bon — contestó levantando ligeramente la vista al recién llegado.

ay qué cortante, pareciera que no te da gusto verme — dijo con un tono ofendido. — pero eso no importa, a mí sí me alegra mucho verte, lindo — sonrió.

Gracias — dijo soltando un suspiro — escucha, tengo mucho, mucho trabajo y poco tiempo Podrías no sé, ¿Volver después? — fingió una sonrisa.

claro, lo que digas , Entonces hasta luego — sonrió coqueteo antes de marcharse.

Fred suspiró. No tenía nada en contra del chico, sólo que, se volvía algo cansado tener que estar soportando todas sus indirectas-directas y tácticas de coqueteo. Era hostigante. Esta situación era cosa de todos los días.

[•°•°•°•]

Contempló las brillantes puertas metálicas del elevador, abrirse. Pasó saliva. Entró. Frotaba sus manos entre sí, estaba ansioso.
En el piso tres las puertas se abrieron, dejando al descubierto a quién menos quería ver en este momento. Bon.

Mira nada más lo que me encontré~ — sonrió con amplitud. Hacía tiempo, tenía interés en el de ojos plata. Simplemente le atraía y es que no está demás decir lo bien parecido que este era. Claro está que sus intenciones con el de piel pálida no eran las mejores, y es que eso se nota en la forma en que lo mira y en las perversiones que piensa cuando está cerca de él. En pocas palabras lo único que quería era llevarlo a la cama.

Se situó a su lado, muy cerca, demaciado para el gusto de Fred.

Miraba al azabache de reojo. Vaya que era atractivo. Se mordió el labio inferior.

¿Qué tanto miras? — se quejó el de cabellos negros con enojo, la mirada del contrario le empezaba a molestar, bastante.

Bon soltó una risa.

que carácter — dijo con diversión. Fred rodó los ojos. — vamos — se giró hacia él — deja de hacerte el difícil — lo tomó el brazo, recibiendo una mirada molesta por parte del contrario.

suéltame — ordenó

no quiero — dio un tirón acercándolo más a él, invadiendo  el espacio personal del azabache, cosa que lo molestó en sobre manera. Bon sonrió, lo tomó de ambas muñecas y acercó su rostro al contrario, sintiendo su entrecortada respiración.

¡Suéltame, idiota! — le gritó, literalmente en la cara, misma que se moría de ganas en romperle. Forcejeaba, pero la clara diferencia de fuerza no ayudaba en nada. Por fin consiguió que el agarre se aflojara un poco lo que aprovechó para empujar al moreno lo más lejos de él, haciendo que se golpeara contra una de las paredes de la la cabina. — ¡Cómo vuelvas a ponerme una mano encima, te corto el pene y hago que te lo tragues
  estúpido! — dijo amenazante, antes de salir del elevador luego de que las puertas fuesen abiertas.

La Luz De Mi Vida [Goldfred]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora