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Una semana, sí, una semana había pasado desde que nuestros protagonistas aceptaron lo que sentían, por decirlo de algún modo.

Las cosas seguían como antes, bueno casi.

Gold seguía a la cabeza de la empresa y Fred estaba a su lado para apoyarlo y hacerle el trabajo más liviano, cosa que agradecía en el alma.

¿Saldrás con él de nuevo?— preguntó el castaño a su hermano que se arreglaba con esmero.

Algo así — contestó mientras terminaba de abotonarse la camisa, dejando liberes los dos primeros botones — lo invité a la casa

— Ah

— ¿Por qué?

— curiosidad — se encogió de hombros. Balanceaba las piernas—  últimamente sales mucho con él — levantó la vista. Fred lo miró a través del espejo.

pues ¿No es eso lo que hacen las parejas? — sonrió.

Tienes razón — le devolvió el gesto.

Vamos — dijo una vez hubo terminado.

Ambos salieron del cuarto, rumbo a la sala.

Freddy se dejó caer en el sofá. El azabache daba los últimos toques a la casa.

El timbre no tardó en sonar. Ambos se miraron entre sí.
Fred se adelantó para abrir, no sin antes asegurarse de estar impecable.

Hola — saludó con un beso en la mejilla al albino —

— Hola — dijo con una sonrisa y un leve color carmín adornando sus mejillas— son para ti — dijo extendiendo un ramo de flores de colores.

aaaw, gracias están hermosas, no debiste molestarte.

— No es ninguna molestia.

— bueno, pasa — se hizo a un lado para dejarlo entrar.

— gracias

— iré a ponerlas en un jarrón con agua — dijo para después dirigirse a la cocina.

Hola  saludó al castaño.

wenas — devolvió el saludo con una sonrisa de lado.

Un silencio incómodo llenó la sala de estar.
Algo que ambos podían sentir.

amm ¿Cómo has estado? — dijo el albino, tratando de romper el hielo.

bien

— me alegro

— gracias, creo

— ¿Y...

— oye, sé a dónde quieres llegar — interrumpió el castaño poniéndose de pie — te diré una cosa, yo no tengo memoria de pez. No he olvidado lo que le hiciste a mi hermano él te perdonó, sí pero yo no... Si crees que seremos amigos así como así te equivocas — soltó. Gold estaba sorprendido. — no confío del todo en ti, más te vale tratar bien a mi hermano ¿Oíste? Oh haré que lo lamentes

— estás...¿Estás amenazándome? preguntó con desconcierto e incredulidad.

— tómalo como quieras — dijo para tomar su suéter del perchero y colocarselo.

listo ya...— dijo el azabache volviendo con ambos — ¿Ya te vas?

— sí — contestó el castaño.

La Luz De Mi Vida [Goldfred]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora