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RESUBIDO

No sé qué chingados pasó, pero el capítulo se subió a medias

Aquí está, ahora sí UwU

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— listo —  suspiró una ves hubo dejado a su par de invitadas en su nueva habitación.

Atravesó un par de pasillos hasta su cuarto.

Se sacó la camisa y se adentró en el cuarto de baño. Se desvistió por completo y entró a la ducha.

Veinte minutos más tarde ya había terminado. Se colocó un pijama.

Tomó la jarra de agua vacía de la mesita de noche y salió del cuarto rumbo a la cocina.

Cuando regresó, se llevó una gran sorpresa, ambas chicas estaban sobre su cama con un montón de papas fritas y más chucherías en ella.

¿Pero qué es todo esto? — preguntó con el entrecejo fruncido.

¿Que no es obvio? — rió, Okami— es una pijamada.

— ¿Una  qué? —.  Dejó la jarra en su lugar y se dirigió de nuevo al par de chicas—  deberían estar durmiendo, al igual que yo , así que~ — hizo un ademán con las manos, indicándoles la salida.

Oh vamos, pero si aún es temprano — dijo esta vez, Naiara— además~ nuestro nuevo amiguito estuvo de acuerdo —  sonrió, mostrando al osito de felpa que tenía en las manos. Cosa que no le causó nada de gracia a Gold.

Devuélvemelo — ordenó el albino, con el ceño fruncido.

La chica le extendió el muñeco, y cuando estaba a punto de tomarlo lo apartó bruscamente y lo lanzó a su hermana.

¡¿Qué?!

— ¿Lo quieres~? — pronunció con un toque de burla—, ¡Pues no! — dijo para lanzarlo de vuelta a la otra.

Y así fue como se dió inicio al clásico juego del gatito.

Las chicas corrían de un lado a otro de la habitación, pasándose al pobre muñeco entre sí.

Gold, por increíble que parezca, corría detrás de ellas en busca de recuperar a su compañero de habitación.

Las risas inundaron el cuatro.

Un aire de rivalidad y emoción se respiraba en todo el lugar.

Gold, lograba tenerlo por  algunos segundos.

El osito parecía estar disfrutando la vista desde las alturas

¡Lo tengo! — anunció victorioso, alzandolo en la mano derecha.

oww se quejaron ambas —, el juego terminó.

— así es, niñas — decía mientras revisaba que su recién recuperado amigo no se hubiese hecho daño.

aaaw — soltaron ellas, al ver las acciones del albino, quién abrió los ojos como platos y dejó de hacer lo que estaba haciendo.

Lo quieres mucho, ¿Verdad? — dijo la más alta.

Claro que no — dijo al instante, con el entrecejo fruncido—, es un muñeco como cualquier otro — exclamó, haciendo un ademán con la mano, restándole importancia.

La Luz De Mi Vida [Goldfred]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora