Capítulo. 1

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Me encuentro en mi habitación, todavía nerviosa e impresionada por lo que hace apenas unos segundos había pasado.
Christopher acababa de salir de mi casa llorando, desesperado porque le dije que no pensaba casarme con el. No era el momento... Lo amaba, estaba segura de que lo amaba, pero tal vez no demasiado como para unir mi vida definitavanente a él.
Todavía éramos muy joves, el tenía 23 años y yo apenas 19...
El era un hombre demasiado común, nada ambicioso ni emprendedor. Todo lo contrario a mí.
Yo estaba terminando bachillerato, apunto de emprender mi carrera de actriz. Deseaba triunfar en el mundo de la televisión, saltar ala fama y ¡vivir! No quería ni deseaba casarme ahora, ni con el ni con nadie.
Christopher tenía un taller mecánico en el barrio en el que vivía y un pequeño departamento que compartía con su mejor amigo.

Tampoco quería dejar las cosas a si, a pesar de todo Christopher es el amor de mi vida, y el echo de que no me quiera casar ahora no significa que no lo ame.

Me agache, recogiendo del suelo el anillo de compromiso que Chris aventó cuando le dije que no me casaría con él y unas finas lágrimas brotaron en mis ojos al recordar su expresión...
Lo había lastimado, lo sabía, el compro ese anillo para mi con toda su ilusión y después de cenar en mi departamento se arrodilló y me pidió que me casará con el.
Llevábamos poco tiempo, no más de seis meses y no se porque ya decidió que me queria como esposa.
Camine hasta el baño y encendi el grifo para llenar la enorme bañera de mi Atico Dúplex.
Mi papá cubria todos mis gastos, el era el dueño de una importante fábrica textil y hacia que pudiera cumplir todos mis caprichos.

Me sumergí en el cálida agua, hacia frío en pleno mes de diciembre. Desde el gran ventanal que había en el baño podía ver cómo nevaba y yo solo podía pensar en Christopher...
Como me gustaría que estuvieses aquí en estos momentos....

Los recuerdos invadían mi mente sin control:

8 meses atrás:

Mes de Abril, yo junto con varias de mis amigas salimos de fiesta. Era fin de semana y sólo pensamos en desmadrarnos después de una intensa semana de exámenes.
En ese antro hacía mucha calor, demasiada y el estrechisimo vestido de seda blanco no alludaba para nada. Los zapatos de tacón que había elegido para esa noche eran demasiado altos y mis pies ya no aguantarían mucho más.
Caminé hasta la barra, necesitaba tomar algo que me refrescará y las copas de más hacían que me tambaleara a cada paso que daba.
Sentí como mi pie resbalaba con algo, me había tronchado y estaba esperando pegarme un enorme trompazo contra el suelo frente a cientos de personas. Pero fue en ese momento cuando sentí como unos fuertes brazos me sujetaban. Mire el rostro de la persona que acababa de salvar de pasar el mayor ridículo de mi vida y simplemente aquellos ojos me parecieron fuego...
Aquellos ojos color miel intenso me miraban ferozmente, devorandome y dedicándome una sonrisa arrebatadora, la sonrisa mas bella que allá podido ver nunca. El tiempo preció haberse detenido en ese instante, de echo ni se por cuanto tiempo permanecimos así.
Gracias- Sólo eso pude decir antes de apartarme despacio para después observarlo mejor.
Era alto, me sacaba más de una cabeza incluso con aquellos tacones. Llevaba una chaqueta de cuero negra y una camisa blanca entre abierta que dejaba ver un tatuaje en el pecho. El chico era muy guapo y olía realmente bien.
Apolle el pie e hice una mueca de dolor. Mierda! Dolía demasiado.
El se percató de que no podía caminar.
Deja que te ayude - Sólo aquellas palabras pude intuir que dijo ya que la música estaba demasiado alta, antes de que me tomara en brazos para sacarme de allí.
Mientras me sujetaba fuerte contra su pecho tratando de abrirse paso entre la gente, inhalé ese profundo aroma tan sexi y varonil que me volvió loca.
Cuando conseguimos salir de allí me coloco despacio sobre una butaca que había en la terraza del exterior de la discoteca.
Muchas gracias... De verdad - Estaba muy apenada, muerta de la vergüenza pero en ese momento sólo me importaba mi pie.
Me quite el zapato y observé lo inchado que estaba mi tobillo.
El lo miro también y se agachó para verlo de cerca.
-Esto no tiene buena pinta... Viniste sola? - preguntó.
-No, con unas amigas... Voy a hablarle al celular a una de ellas para que sepan que me voy para mi casa.

Agarre el teléfono de mi bolso y me marqué a Maite.

Mai... Estoy fuera... Tuve un pequeño accidente.
Me resvale y me torci el tobillo. Apenas puedas puedo caminar... Ya me voy para mi casa... Ok te espero... - colge.

Maite: Dul, que le paso a tu pie?

Dulce: no es nada, sólo que ya me quiero ir a mi casa.
- mire a aquel joven que todavía estaba allí, un poco retirado pero atento por si necesitaba algo.
Perdona... - dije llamando su atención- De nuevo muchas gracias.

Christopher: no hay de que, cualquiera lo hubiera echo.
Mi nombre es Christopher... Christopher Uckerman!

Dulce: Dulce... Dulce Espinosa!

Hola a todas! Eh comenzado a escribir esta nueva historia que espero lean y les guste.
Espero sus votos y muchos comentarios para a si subirles nuevos capitulos.
Besos a todas

Antes De Que Me Olvides ❤ Recuerda Que Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora