Capítulo 7.5: Aclarando nuestros sentimientos - KiriKami

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¡No entiendo lo que está pasando! ¡¿Por qué Bakugou es tan insistente con perseguirme?! ¡¿Cómo hizo para que Ashido y Sero la ayudaran?!

En este momento me encuentro corriendo como si mi vida dependiera de ello, sé porque Bakugou hace todo esto, pero no puedo creer que haya metido a Ashido y a Sero en esto.

No importa hacia donde corriera uno de los tres siempre me encontraba, por lo que opté por dirigirme hacia el gimnasio, era espacioso y como tenía a Bakugou detrás de mí, con las pocas fuerzas que me quedaban me impulso rápidamente hacia la bodega del gimnasio, cerrando las puertas detrás mío.

-Uf, al fin logré evadir a Bakugou... -digo con un suspiro pesado.

-No fue nada fácil, ¿verdad? –escucho cerca mío, pude reconocer la voz en seguida, alzo la mirada y me encontré con quien no quería toparme en ese momento.

Kirishima estaba delante mío con una sonrisa algo incomoda, escucho a los segundos como algo o más bien alguien cerraba las puerta con algo, impidiéndome poder abrirla.

-Que desafortunado, se van a perder la clase de Yamada-sensei... -escucho cómo Bakugou decía en un tono sarcástico detrás de la puerta.

-¿Qué? ¡Sácanos de aquí Bakugou! –golpeo las puertas para que nos saque.

-Tienen hasta que termine su hora para poder arreglar sus cosas.

¿¡Hablas en serio?! No solo nos va a dejar encerrados aquí, sino que también ¡¿Vamos a tener que aguantar el sermón de Yamada-sensei luego?! Este día cada día se pone peor...

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.

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La hora de Yamada-sensei duraban más o menos 40 minutos y creo que de esos 40 minutos ambos estuvimos la mayor parte del tiempo en silencio.

Ninguno de los dos se atrevía a hablar y yo tampoco me atrevía a mirarlo, el ambiente se sentía muy tenso para mi gusto.

El día en que él me besó delante de mi casa, estuve pensando en la situación toda la noche... Nunca pude imaginar, ni en mis más locas ideas que Kirishima podría tener esos sentimientos por mí.

-Lo siento... -escucho que dice, aún no me atrevía a mirarlo, pero podía sentir que él me miraba.

-¿P-Porque? –no sólo sentía la cara ardiendo, sino que mi voz se quebraba, ¡¿Qué demonios me pasa?! ¡No soy una chica!

-Por la situación, creo... -dice en apenas un susurro, pero eso fue suficiente para poder escucharlo- Te metí en este lío, todo es culpa mía... Lo siento.

Kirishima siempre fue un muy buen amigo, siempre se preocupaba por los demás y eso no cambió ni en esta situación, pero escucharlo disculparse hacía que mi corazón doliera.

-No tienes que disculparte... -le digo seguido de que junto mis rodillas y oculto mi cara entre ellas.

-Yo creo que sí, no sólo por la situación de ahora, sino también por besarse de repente...

Recordar esa escena hizo que mi cara se volviera un tomate, el calor cada vez se hacía más presente en esta bodega.

-Sé que no tendría que haber metido a los demás en mi problema, pero creo que si no lo hubiese hecho no podría tener la oportunidad de poder hablarte... -me explica algo nervioso, yo simplemente me quedé callado, no sé porque mi voz no podía salir para reprocharle por lo que hizo...

¿Eh? Ahora que lo pienso, ¿Por qué no estoy enojado con él? ¿Por qué no me molesta que me haya besado? ¿Por qué en vez de estar enojado me siento nervioso ante la situación?

-¿Kaminari? –Escucho que me llama, pero yo no respondí, estaba metido en mis pensamiento; no entiendo porque me siento tan confundido...- Debe ser muy incómodo tenerme cerca, ¿no?

Levanté mi cabeza y por primera vez en el día dirigí mi mirada hacia él, Kirishima tenía una cara de estar sufriendo, no quería esto... No quería que él pusiera esa cara.

-Lo siento, si es tan incómodo trata de olvidar ese beso.

¿Eh? ¿Qué estás diciendo tan de repente?

-Si es así, creo que hubiera sido mejor no habértelo dicho nunca...

¿Acaso te estas arrepintiendo de lo que sientes por mí? ¿Por qué siento como si me hubieses golpeado en el pecho?

-Solo olvídalo, ¿sí? Será lo mejor para ambos... -Sus palabras y su cara no coincidan para nada, y eso hizo que me levantara de mi lugar y fuera hacia él agarrándolo de la camisa.

-¡¿Porque eres tan imbécil como para decir tantas cosas horribles si eso no es lo que sientes?! –Le grito, no podía pensar, sólo dejé que lo que sentía explotara de repente- ¡No hagas esa cara si eso no es lo que quieres! ¡¿Olvidar todo y hacer como si nada hubiese pasado?! ¡¿Realmente quieres que haga eso?!

-¡Claro que no quiero! –escucho que él también grita y eso hizo que entrara en razón- ¡Pero no quiero que te alejes por tener estos sentimientos por ti!

-¡Entonces no me digas que me olvide! –veo como Kirishima se sorprende- No me incomoda todo esto, ¡sino más bien estoy nervioso al verte! No sé porque me siento de esta manera... Tendría que enojarme porque me besaste, pero no lo estoy, no me incomoda tu compañía, no me incomodó el beso ni tu tonta confesión. Pero la verdad es que no entiendo porque me siento así... No pude dormir en toda la noche pensando en todo esto.

Con cada palabra que descargaba, sentía como unas lágrimas querían escapar.

-Kaminari, tu...

-No me digas que me olvide de eso... Me duele el pecho cuando me dices todo esto... Por favor –le ruego, sentía como mi pecho dolía cada vez más. Ambos nos quedamos en silencio.

-Kaminari, ¿será que yo te gusto? –me pregunta de repente.

-¡¿D-De dónde sacaste esa conclusión?! –le pregunto totalmente sonrojado, esa pregunta tan de repente hizo que mi cara ardiera de nuevo.

-Bueno, como dijiste que no te incomodo el beso ni nada, sino más bien que tratas de entender todo esto, creo que eso llevaría una cosa –trata de explicarme, pero mi confusión crecía más y más- Lo que trato de decir es que tal vez nunca me viste de la misma manera que yo te veía, pero ahora que sabes mis sentimientos tratas, aunque sea un poco, de verme de la misma manera en la que yo te veo...

Esa explicación retumbaba en mi cabeza, no podía reaccionar para nada, me había quedado en blanco. Nunca me imaginé ver a Kirishima como algo más que amigos, tal vez él tenía razón... Pero aún necesito pensar más en esta situación.

Sin que me diera cuenta Kirishima se acercó más a mí, haciendo que nuestras distancias se acortaran.

-Probemos algo... -me dice y veo como sus mejillas se sonrojaban, sentía que se acercaba cada vez más por lo que cerré los ojos, pensaba que me besaría de nuevo, pero el beso no fue en los labios sino en la frente.

-¡¿Eh?! ¿P-Porque? –pregunto algo atolondrado y confundido.

-¿Eso te desagradó? –Me pregunta, a lo que con mi cara ardiendo niego con la cabeza.- Entonces podríamos intentar ir de apoco, si algo no te gusta dime y parare...

-¿A-Algo así como un...experimento? –le pregunto aún confundido por la situación, a lo que veo que sonríe.

-Si así quieres llamarle, está bien... No me molesta –su sonrisa volvía a aparecer, pero esta vez con un pequeño sonrojo en las mejillas.

Tal vez esto no sea malo después de todo...

Una PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora