chapter xii

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MAL OBSERVÓ A HARRIET CON UNA EXPRESIÓN QUE demostraba lo triste que se encontraba por ella al oír las palabras de la muchacha, aunque le resultara raro, sentía pena por la hija de la Reina de Corazones

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MAL OBSERVÓ A HARRIET CON UNA EXPRESIÓN QUE demostraba lo triste que se encontraba por ella al oír las palabras de la muchacha, aunque le resultara raro, sentía pena por la hija de la Reina de Corazones.

– ¿Estás segura de que quieres esto?

– ¿Si está segura de qué? –indagó Carlos con curiosidad apareciendo detrás de ambas muchachas, pasando sus brazos por sus hombros.

– Harriet quiere un hechizo para romper el encantamiento de Ben. –explicó la pelimorada observando a su amiga.

Harriet mordió su labio inferior con fuerza, encogiéndose de hombros.– Cuando todo esto acabe, cuando los villanos vuelvan a gobernar y arrasen con todo lo lindo y bueno que hay, no quiero que Ben siga con el hechizo, el no se lo merece. Sería demasiado cruel de mi parte tratar de atarlo a mi lado, y yo no podría hacerle eso, no a él.

– En verdad lo quieres ¿No? –Carlos sintió pena por su mejor amiga al ver como el brillo de sus ojos se apagaba y sus labios hacían una mueca de tristeza mientras esta asentía moviendo su cabeza.

– Tendría que haberlo sabido, los villanos nunca ganamos, o al menos no estamos destinados a encontrar al amor de nuestras y quedarnos con esa persona. –suspiró acomodando su mochila y la chaqueta de color escarlata. Harriet miró a sus amigos y sonrió con dulzura, no quería que la vieran débil, no quería que ellos sintieran pena porque detestaba ver esa mirada en sus rostros.

– Eso es muy dulce de tu parte Harriet, Ben tenía razón, tienes un corazón muy dulce. –murmuró Evie acercándose a su amiga.

– Como tus galletas. –comentó con diversión Carlos tocando su estómago que gruñía. Harriet sonrió divertida y se abrazó al muchacho siendo correspondida. Tal vez no podía tener a Benjamin a su lado, pero al menos tenía a sus amigos.

- Cuando todo esto acabe podremos ser felices, ya lo verán. -murmuró Mal tomando su libro de hechizos, buscando el indicado para que la morena pudiera hornear algo donde colocarlo.

Cuando la muchacha de los intensos labios rojos tuvo la recetas en sus manos, se dirigió hacia las cocinas de la preparatoria. Harriet trastabilló cuando chocó contra un fuerte pecho, la morena levantó su vista y no pudo evitar sonreír al ver que se trataba de Ben.

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