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CON LA AYUDA DE BEN Y DE UNO DE LOS GUARDIAS, HARRIET DESCENDIÓ DEL CARRUAJE, tomando su vestido con delicadeza para no pisarlo al caminar por el pasillo hasta que pudiera llegar a su asiento, en la primera fila.
Ambos caminaron por la escaleras principales tomados de la mano mientras resonaba el estruendoso sonido de las trompetas. Al llegar ante los reyes, Harriet hizo una pequeña reverencia mostrando respeto ante los monarcas de Auradon.
La morena observó al rey- Lamento mucho lo que ocurrió el otro día señor, de verdad que lo lamento.
- No tienes que disculparte Harriet, le dije a Ben que esto no sería fácil
- Y también que un rey debe aprender a confiar en sí mismo aunque esto no sea sencillo. -murmuró el muchacho.
- ¿Lo hice? Oh sí lo hice, fue algo muy sabio de mi parte. -Harriet sonrió divertida ante las palabras del padre de Ben y el golpe que Belle le había dado.
Luego de unas cuantas palabras por parte de los reyes para su hijo, Ben se acercó a Harriet, tomando sus manos dulcemente.- Deséame suerte.
- No la necesitas Benjamin, lo harás increíble. -sonrió y con ayuda de un guardia ingresó a la gran sala donde la coronación se llevaría a cabo.
El resto de los descendientes observaron con preocupación a Harriet, al ver la mirada que esta tenía en su adorable rostro. Todos en la sala hicieron una reverencia cuando Ben ingresó hasta que llegó donde el hada madrina lo aguardaba con la corona en sus manos y la varita junto a ella. Harriet observó la brillante varita con atención, miles de pensamientos iban y venían en su cabeza, la morena no sabía como continuar, no después de aquellas palabras de Ben, no después de aquella declaración tan dulce y mágica.
Harriet observó a sus amigos en el palco principal buscando respuestas, buscando un poco de ayuda, algo que pudiera decirle que decisión debía tomar. Su ceño se frunció con confusión al notar que entre ellos faltaba Mal, Evie se encogió de hombros confundida al notar lo mismo que la morena.
- ¿Juras solemnemente gobernar el pueblo de Auradon, con justicia y piedad, durante todo tu reinado? -la varita estaba en la manos del hada madrina, mientras Ben estaba postrado de rodillas frente a ella, con la corona sobre su cabeza.
