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HARRIET TOMÓ UN BOLÍGRAFO DEL LAPICERO QUE HABÍA SOBRE EL ESCRITORIO, y buscó por este ese peculiar cuaderno de tapa revestida con tela roja y el llamativo corazón negro que representaba quién era su madre.
- ¿Qué estás buscando Hats? -cuestionó Carlos al ver como la muchacha de cabello oscuro se movía por toda la habitación, revisando abajo de las almohadones en forma de corona y corazón, junto a los sillones y debajo de la alfombra. Mientras la morena buscaba por todo el lugar, Evie trazaba algunos bocetos, Carlos jugueteaba con Chico y Mal intentaba mejorar los hechizos del libro que pertenecía a su madre.
- Entonces, ¿pudiste hablar con Jane? ¿Te ayudará a llegar hasta la varita? -cuestionó Jay ingresando a la habitación vestido con el uniforme del equipo, observando a Mal con aburrimiento.
La pelimorada gruñó disgustada.- ¿Crees que estaría perfeccionando cada maldito hechizo de este libro si lo hubiese logrado?
Mientras sus amigos hablaban Harriet revisaba su mochila con preocupación pues su libro de recetas no estaba por ningún rincón de la habitación. La moren frunció el ceño y trató de recordar a dónde lo había dejado la última vez pero la memoria no era su fuerte.
- Creo que alguien se levantó de mal humor hoy -murmuró Carlos, haciendo referencia a la actitud de Mal.
- Mi madre cuenta conmigo, no la defraudaré.
- Todos cuentas con nosotros Mal, no sólo tu madre. -comentó Harriet frustrada por la falta de su cuaderno, tomando asiento en el suelo junto a Carlos que jugaba con Chico.- La libertad de nuestros amigos depende de esa varita, somos su única esperanza. -sonrió con dulzura al sentir la cabeza de Chico contra sus manos, buscando alguna caricia.
- Podemos hacerlo, sólo tenemos que permanecer unidos.
- Y no vamos a regresar hasta cumplir nuestro objetivo, ¿somos malos? -cuestionó Mal mirando a los hijos de villanos.
Harriet arrugó su nariz ligeramente al oir esas palabras, y decidió permanecer en silencio mientras sus amigos soltaban un pequeño grito.- ¡De corazón!
- Ahora que lo recuerdo, Doug me comentó que el hada madrina va a usar la varita en la ceremonia de coronación de Ben. -la peliazul continuó haciendo algunos bocetos, sin notar lo importante que eran sus palabras para la pelimorada. Harriet sonrió pensando en que el pueblo de Auradon sería bastante afortunado con Benjamin como el futuro rey.- Y yo no tengo nada para ponerme, debería hacer algunos diseños nuevos. -agregó preocupada.
- Tenemos que aprovechar eso y buscar nuestra oportunidad. -comenzó a hablar Mal pero fue interrumpida por el sonido de la puerta. Harriet que era la que estaba más cerca se levantó de la alfombra y abrió, viendo al joven príncipe que sonreía con alegría del otro lado de la puerta.
- Oh Harriet, antes de que lo olvide, ayer olvidaste tu cuaderno en la sala de entrenamiento. -el muchacho de cabellos castaños le entregó el cuaderno a la morena que sonrió dulcemente, agradecida ante el gesto de Ben.- También pasaba para ver como estaban, me preguntaba si tenían alguna duda o si necesitaban algo. -observó a los otros villanos que tenía la vista puesta en él y Harriet. La morena, abriendo su cuaderno, se adentró más en la habitación y tomó haciendo en un pequeño sillón que había junto a Evie mientras tomaba un bolígrafo para hacer algunas anotaciones sobre unas nuevas recetas que había probado esa semana.
- No, todo está de maravilla. -Evie le dedicó una sonrisa amable.
- Bien, entonces si necesitan algo pueden buscarme a mí o en su defecto a Doug, nos vemos luego chicos.
- Ben... ¡Espera, detente! ¿Es cierto que nosotros estamos invitados a la ceremonia de tu coronación? -cuestionó Mal tratando de sonreír.
El de ojos almendra asintió confundido.- Toda la preparatoria irá a la ceremonia.
- Eso es... Genial, ¿crees que nosotros cinco podamos sentarnos en la primera fila, junto al hada madrina ya sabes como para contagiarnos un poco de esa bondad que ustedes derrochan?
Ben apretó sus labios en una fina línea.- Ojalá pudieran chicos pero adelante sólo estoy yo, además de mis padres y mi novia claro.
- ¿Y tu novia? -cuestionó Evie para dirigir unas pequeñas miradas disimuladas a Harriet que continuaba anotando números, cantidades e ingredientes necesarios.- Eso es muy bonito.
El muchacho asintió.- De verdad lo lamento, si hubiera una posibilidad...
- Gracias, hasta pronto.
- Pero aún así hay muchos lugares chicos, pueden estar algunas filas más atrás -comentó tratando de ayudarles. Mal cansada de la presencia del muchacho, se levantó de golpe y rápidamente cerró la puerta sin tener en cuenta que el príncipe seguía del otro lado.
- Creo que vamos a hacer que Bennyboo consiga una novia, y ya tenemos a la candidata perfecta para ese papel. -los cuatro villanos observaron a Harriet, que al terminar de copiar una de las recetas levantó su vista sin comprender que ocurría.- Tú, Harriet.
La morena abrió sus ojos desconcertada.- Oh no, yo no voy a hacerlo, no voy a utilizar a Ben de esa forma.
- Harriet somos villanos, esto es lo que hacemos, utilizamos a las personas para conseguir lo que nos pertenece. -explicó la pelimorada- Necesitamos un hechizo de amor, Jay mi libro. -exclamó atrapando en el aire el libro que el muchacho arrojaba.
La hija de la Reina de Corazones mordió su labio inferior con fuerza, como en cada ocasión que era invadida por los nervios. Ni siquiera habían comenzado con el plan de Mal y ya se sentía culpable, no quería utilizar al joven príncipe de esa forma y tampoco quería hechizarlo, Harriet estaba segura de que habían otras formas de poder llevar a cabo el plan sin poner Ben y Hechizo de amor en una misma oración.
Evie a su lado tomó su mano y la apretó ligeramente brindándole su apoyo.- Todo saldrá bien Hattie, luego podemos darle algo que actúe como una cura y haremos como que nada de todo esto ocurrió, cuando tengamos la varita todo habrá acabado.
