Capítulo 64: La pregunta.

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Narra Harry.
Me quede parado frente aquella puerta de madera, ya había tocado y esperaba a que se abriera, luego de unos minutos salió ella, esa mujer que me volvía loco, cada vez que la veía me daba cuenta de que no había nadie que pudiera ocupar su lugar.
___:Hola-dijo ella sonriéndome, su sonrisa iluminaba mi mundo, sin dejar rastro de oscuridad alguno.
Harry:Hola…te ves preciosa-dije y pude notar como agachaba la cabeza, sonrojada.
Al hacer eso, recordé cuando, dos años atrás, hacía lo mismo y se tapaba el rostro, aquello me generaba ternura y endulzaba cada parte de mí.
Ella se acercó y besó mi mejilla, apenas sus labios tocaron mi piel sentí un cosquilleo en todo el cuerpo. Tomé su mano, la entrelace con la mía, y la guié hasta abajo del edificio.
Ya dentro del auto, tome un pañuelo color negro y tape sus ojos.
Ella rió-___:¿Para qué es esto?-dijo intentando quitárselo.
Harry:Es una sorpresa, no te lo quites, eh.
___:Está bien… ¿me lo puedes…acomodar?-preguntó.
Reí-Harry:Bueno-me acerqué y volví a acomodar bien el pañuelo para que ella no viera, podía sentir su respiración, su perfecto rostro estaba frente a mí, dirigí mis ojos a sus labios, tan rosados y suaves, mi mayor debilidad, me aparte de ellos, dejando a los míos con el deseo de besarlos.
La observé unos momentos, hipnotizado, de alguna forma, y luego empecé a conducir.
Aproximadamente, media hora después, el viaje terminó. 
Ayude a ___(tn) a bajar y la guiaba con la mano.
___:Harry…siento que me voy a caer-dijo riendo.
Harry:No lo harás, créeme, y si lo haces yo te sostendré antes de que lo hagas.
___:¿Ya puedo ver?-dijo, ansiosa.
Harry:No…a ver…mmm…
___:¿Ya?
Harry:No…si, ya puedes ver-dije deteniéndome.
Narra ___(tn)
Me quite aquel pañuelo negro y pude ver que estábamos en el comienzo de un muelle, abajo estaba la playa, a lo lejos divise algo blanco, no pude notar bien que era, escuché una suave melodía que se juntaba con el sonido de las olas del mar, Harry me sonrió y me llevó de la mano hasta allí, mientras me acercaba, me di cuenta de que aquella cosa blanca era una mesa con un mantel blanco, sobre ella estaban esparcidos pétalos de rosa y al lado había un hombre tocando el violín. En la mesa había un par de velas, copas, utensilios de plata y platos de fina porcelana. Todo era perfecto.
___:¿Tú…hiciste esto?
Harry:Mmm…tuve un poco de ayuda…
Reí___:Esto es hermoso Harry-dije mientras me acomodaba en una silla, él se acomodo frente a mí.
Divise a lo lejos una chica que se acercaba con una especie de bandeja de plata a nosotros, ¿de dónde había salido?, me pregunté a mi misma.
Cuando llegó a nuestra mesa nos sirvió pasta, llenó nuestras copas y luego se marchó, desapareciendo por completo, dejándome una sensación de duda.
Aproximadamente una hora después terminamos de cenar, dejamos el muelle y nos dirigimos a la playa, mientras caminábamos en la arena, yo sostenía mis zapatos en una mano y la otra estaba entrelazada con la de Harry.
Ambos nos quedamos mirando el mar, que iluminado por la luz de la luna, parecía mágico.
Él se giro a verme y me tomo de la cintura, acercándome a él.
Harry:___(tn) quiero hacerte una pregunta…sé que es muy…quizás…demasiado pronto…pero de veras necesito hacerte esa pregunta…
___:…Claro…-dije, sin sospechar en lo más mínimo.
Soltó mi mano, se arrodillo frente a mí y sacó del bolsillo de su chaqueta un pequeño estuche rojo cuadrado y lo abrió.
Cuando lo abrió, vi dentro de él un anillo, con un diamante incrustado en el medio que relucía sin parar, mis ojos se llenaron de lágrimas, aquello había sido totalmente inesperado.
___:Harry…yo…-solloce, contenta y sorprendida.
Harry:Sé que es demasiado pronto, pero sé que eres la mujer de mi vida y no me permitiría perderte otra vez…mi vida sin ti no tiene sentido ___(tn) …¿serás mía?
___:Siempre lo fui Harry…-dije apartando las lagrimas de mi cara 

Harry:Entonces… ¿quieres casarte conmigo?
___:… ¡CLARO!
La sonrisa apareció en su rostro y coloco el anillo en mi dedo anular. Él se levanto y me cargó dando vueltas, haciéndome volar por los aires.
___:Ya…ya estoy mareada-reí.
Él me bajo riendo, intentamos estar de pie, pero apenas toqué el piso, nos caímos en la arena.
Ambos empezamos a reír sin parar y no quisimos levantarnos, simplemente nos quedamos ahí, riendo, disfrutando aquel momento.
Luego nos sentamos, y él me abrazó, y poco a poco se fue acercando más hasta que una vez más, nuestros cuerpos volvieron a juntarse como la primera vez, transformando aquella noche, en una noche única.

En la vida no hay finales, sino comienzos nuevosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora