S E I S

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Mi día transcurre normal sin contar lo de Fleming, a quien por suerte no volví a ver en todo el día. Estoy esperando a mi hermana en el aparcamiento cuando recibo una llamada suya avisándome que esta con Jared, quien al parecer le dio el empleo.

-Beth -me llama alguien y volteo para encontrarme con Jordan.

-Hola Howland.

-¿Esperas a alguien?

-En realidad no, ya me iba -le sonrió.

-¿Caminando? -abre los ojos simulando sorpresa, y se que es simulada porque aun se ve atractivo-. Tengo entendido por algo que menciono Trev que vives algo lejos.

Asiento.

-¿Por qué no dejas que te lleve y pasamos por el lugar que mencionaste? -ofrece y yo le sonrió.

Estoy a punto de negarme, pero recuerdo que el también es una gran fuente de información sobre lo de Jana.

-Vale -le sonrió, sincera.

-Bien.

Él me guía hasta un hermoso carro clásico y me abre la puerta trasera, así que yo ingreso con el tras de mi.

-Rob, la señorita te va a indicar a donde vamos -le habla Jordan a su chófer.

Dios mio, tiene chófer. Olvidaba que es millonario.

Hago lo que me pide y llegamos a un lugar bastante alejado del pueblo, incluso alejado de mi casa. Jordan y yo nos bajamos y el chófer permanece dentro.

-Rob, espérame aquí -el se dirige a abrir el maletero y saca su mochila, la misma del otro día, y luego saca el lienzo y me lo tiende- ¿Me ayudarías con esto? -asiento y lo recibo, luego el saca el caballete y cierra el maletero.

Yo guió la caminata por un camino que ya tiene hierba por los lados de tanto tiempo que lleva sin ser podado.

Nos mantenemos callados y en su momento el silencio se vuelve muy incomodo. Cuando finalmente llegamos a una reja, Jordan me mira interrogante, pero yo simplemente utilizo la llave de mi cuello para abrirla y entramos.

La hierba esta alta, pero aun se ve la mesita de madera del patio y la casa también descuidada, sigue allí con algunas rosas creciendo a su alrededor, igual que en las rejas.

-Y aquí estamos.

-Vaya -Jordan mira el lugar asombrado, maravillado. No puedo creer que logre una expresión como esta en un serio millonario.

No puedo evitar sonreír.

-Ven -comienzo a caminar y él me sigue, hay otra mesita de madera cerca de la casa. La casa es mucho mas grande que la mía, pero obviamente no se compara con la suya-, puedes acomodarte aquí, es un buen lugar para pintar las rosas...

El me hace caso y coloca el caballete, así que yo coloco sobre este el lienzo. Me alejo un poco para dejarlo ubicarse y camino hasta la primera mesa de madera. Paso sobre ella mis dedos y veo en el suelo entre la hierba una lata de cerveza y algo mas brillando llama mi atención. Me agacho y recojo el colgante, tiene el dije de una bailarina.

-Así que aquí estuviste todo el tiempo -le hablo al colgante.

-¡Maldición! -refuña Lila en el puesto delantero.

-¿Qué pasa princesa?

-No esta -ella deja de mirar el suelo y mira a Dan para luego mirarme a mi-, el colgante que me dio mi abuela, no esta.

Me mira haciendo un puchero y veo como sus grandes ojos castaños se llenan de lagrimas.

-Tranquila...

SwirldaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora