T R E C E

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Me siento mareada, así que no percibo bien cuando logran vencer a Dan y lo cogen a pata en el suelo.

-D-Dan -intento hablar y el sujeto toma mi cabello y levanta mi cabeza.

-Si no quieres a tu amigo muerto y tu otra muñeca rota dame toda la información que tengas sobre Jana Howland.

Suelto un gemido y escucho como Dan se queja en el suelo. De nuevo sufre por mi culpa.

-E-esta todo en la mesa -escupo a un lado sangre. pero no lo hago bien y esta se escurre por mi barbilla.

El sujeto me da una patada en el estomago, así que yo vuelvo a caer al suelo. Los otros continúan en su ataque a Dan mientras el que me golpeaba a mi revisa que este todo, llama a sus amigos quienes dejan de golpear a Dan, quien se queda quieto en el suelo.

El hombre lanza el portátil que me presto Jordan y lo convierten en un millón de pedazos sin arreglo, luego frente a nosotros tiran todas las hojas y papeles al suelo.

Dan se arrastra hasta mi y coloca su cabeza en mi hombro mientras se pasa el brazo derecho al rededor del cuerpo.

Los sujetos le echan alcohol a las hojas y antes de ver lo que van a hacer ya lo se.

-No -logro exclamar en un gemido cuando tiran el encendedor y las hojas incluyendo el informe real de Jobs se prenden en un montón de llamas.

El que parece el líder, y mi agresor personal hace una llamada rápida.

-Esta hecho, quiero el pago.

Tras decir esto cuelga y vuelve a mirarme.

-Aléjate de los asuntos de los Howland niña, no querrás terminar con una muerte accidental -y se van, se largan.

Vuelvo a llorar, pero ahora no se exactamente porque es, todo esto es mucho para mi.

***

No estoy segura de cuanto duramos Dan y yo allí sentados, uno junto al otro, pero comenzaba a anochecer y no teníamos las llaves de la casa. Con dificultad nos levantamos y deje que Dan se apoyara en mi mientras comenzábamos a caminar. Nos tomo nuestro tiempo llegar a la carretera y otro poco mas alejarnos de la entrada de la casa, ahí fue momento de llamar a una ambulancia.

Como hablamos de un pueblo pequeño, el hospital aunque tiene a grandes montones de visitantes, no suele tener accidentes tan graves, así que no se hicieron esperar.

Subieron a Dan en una camilla y yo me subí y me senté junto a el. No tardo en perder la conciencia y yo me mantuve estudiando su rostro. Tiene cicatrices de golpes, una ceja esta por la mitad y tiene una cicatriz no muy horrible, pero si muy notoria en su garganta.

-Dan, de verdad, de verdad no sabes como lo siento -aprieto los ojos intentando impedir que las lagrimas caigan y sujeto su mano-. Por hoy y por hace dos años, se que no recuerdas y tal vez esa es la razón por la que no me odias, pero ojala lo hicieras, me merezco tu odio y tu desprecio -las lagrimas caen, una dos tres. Intento hablar bajo y estoy segura de que el enfermero que va conmigo en esa ambulancia no escucha-. Se que no te gratificarías con mi dolor, pero la culpa es un peso duro de cargar, tanta culpa, tanta...

Cierro los ojos y cuando los vuelvo a abrir estoy en el hospital, de nuevo. 

Siento la cara amoratada y un leve ardor en las costillas.

-Elizabeth -escucho la preocupada voz de mi hermana, ella llega a mi lado y toma mi mano.

-¿Que haces aquí? -pregunto con dificultad, ya que mis mejillas duelen espantosamente.

SwirldaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora